La homosexualidad está penada en Marruecos. Las personas que mantienen relaciones con cierto de su mismo sexo se enfrentan a penas de gayola de tres meses a tres primaveras si son descubiertas. Pero ahora una película, El caftán zarco, ha hendido un poquito la puerta del armario y asimismo el debate sobre la homosexualidad en este país. El filme consiguió una subvención estatal para su rodaje y luego fue seleccionado como representante marroquí para los Oscars.
Por otra parte por su calidad y delicadeza, El caftán zarco ha tenido un itinerario aplaudido en diversos festivales internacionales. Pasó por Cannes y su protagonista, Lubna Azabal, se llevó el premio a la mejor actriz en la pasada tiraje de la Seminci. "Que la película fuera seleccionada para los Oscar representa mucho para mí, porque es un símbolo del deseo de transigencia, de combatir. El puro hecho de que el guion obtuviese una subvención es un paso delante muy importante, una señal positiva", afirma en una entrevista con La Vanguardia Maryam Touzani, la directora de El caftán zarco, que este viernes llega a las pantallas españolas.
Halim (Saleh Bakri) y Mina (Lubna Azabal) son un alianza que se quiere y se respeta. Por otra parte, trabajan juntos. Halim es modisto y cose unos maravillosos caftanes en su taller del centro de la ciudad de Salé. Mina regenta el negocio y atiende a las clientas. La pareja contrata a un ayudante Youssef, interpretado por Ayoub Messioui, para que ayude a Halim en sus tareas. Entre los dos hombres surge poco que no pasa desapercibido para Mina quien, al mismo tiempo, se enfrenta a una llano enfermedad.
"En Marruecos es complicado existir la homosexualidad abiertamente, aunque es desigual para los jóvenes, que encuentran espacios de sencillez en lugares como las redes sociales", señala Touzani. Para las personas mayores ha sido muy complicado y no es nulo extraño que hombres gays se casaran con mujeres y tuvieran hijos: "Cuando era pupila conocí a matrimonios de los que se sabía que el marido era mariquita, por eso he querido contar esta historia, que he manido en Marruecos, pero asimismo en otros países como Francia o Estados Unidos. Hombres con doble vida durante 20 o 30 primaveras. Pasa en el mundo sereno. Hay masa que no sale del armario por diversas razones", añade.
Ese alianza podría deber sido una prisión para Halim y asimismo para Mina. Sin secuestro, en la pareja "hay bienquerencia, ella escoge ese marido y se queda con él porque lo quiere, no porque la sociedad se lo imponga, sino por bienquerencia real, aunque esa disyuntiva le obliga a renunciar a parte de su feminidad, a modificar su bienquerencia, pero los dos se aman y llevan 25 primaveras juntos, pues no hay una sola forma de quererse", explica la directora.
El caftán zarco es asimismo un canto de bienquerencia a la tradición, al arte de la sastrería tradicional, del hábil costurero, que poco a poco está desapareciendo en Marruecos: "Eso me duele, porque las tradiciones son parte de nuestro ADN y deben ampararse, aunque no tienen que ser inamovibles y pueden modificarse", señala Touzani que creció "con un caftán de mi hermana, me lo probaba y me lo probaba hasta que me quedó acertadamente y sentí que esa prenda llevaba el alma de mi hermana y sus vivencias". El caftán zarco de la película, bordado a mano con arte y delicadeza, asimismo arrastra unas vivencias que pueden servir para que Marruecos comienzo a dignificar la verdad de las personas homosexuales.
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