La ciencia moderna no solo sirve para conquistar nuevos avances, incluso es útil para esclarecer los misterios del pasado. Hace una término, en 2011, un montón de científicos registró por primera vez una táctica de comestibles que utilizaban las ballenas de todo el mundo.
Era ya conocido que los cetáceos se abalanzan sobre sus presas para ingerir. Pero el nuevo hallazgo permitió asimilar que estos enormes animales incluso eran capaces de acercarse hasta la superficie del agua, con sus grandes mandíbulas abiertas en ángulo derecho, esperando que los bancos de peces naden cerca de sus bocas.
Monstruos mitológicos
Un vídeo de esta táctica fue capturado en 2021 y se volvió virulento en las redes sociales. Los humanos, sin incautación, hacía más de 2.000 abriles que habían plasmado esta táctica en sus ilustraciones. El problema es que nuestros antepasados no tenían ni idea de lo que estaban observando y lo vincularon a la mitología.
Un montón de investigadores australianos ha enemigo ahora las evidencias que unen los dos sucesos y consideran que la descripción antigua de esta destreza de las ballenas contribuyo a crear los mitos sobre los monstruos marinos medievales, especialmente los que aparecen en la letras nórdica.
La táctica de los cetáceos, por otra parte, parece ser muy efectiva porque los peces creen que han enemigo un motivo seguro donde refugiarse de los depredadores, sin darse cuenta de que nadan cerca de el peligro. No se sabe por qué esta técnica solo se ha podido identificar recientemente, pero los científicos especulan que puede ser el resultado de unas condiciones ambientales cambiantes o que las ballenas están siendo seguidas más de cerca que nunca por drones y otras tecnologías modernas.
El doctor John McCarthy, arqueólogo marino de la Universidad de Flinders, notó por primera vez paralelos intrigantes entre la biología armada y la letras histórica mientras leía sobre los monstruos marinos escandinavos. “Cuanto más lo analizábamos, más interesantes se volvían las conexiones”, señala.
“Me llamó especialmente la atención que la descripción nórdica del hafgufa era muy similar al comportamiento que se muestra en los videos de ballenas que se alimentan, pero al principio pensé que era solo una coincidencia interesante. Una vez que comencé a analizarlo en detalle y a discutirlo con colegas especializados en letras medieval, nos dimos cuenta de que las versiones más antiguas de estos mitos no describen monstruos marinos en tajante, sino que son explícitas al describir un tipo de ballena”, explica McCarthy.
Los primeros manuscritos nórdicos que describen a la criatura conocida como hafgufa (que significa "vapor de océano")datan del siglo XIII. Los textos hablan de un monstruo oceánico parecido a un pez tan ancho como una isla que aparece en contadas ocasiones y que compartía el mar de Groenlandia con otra bestia mítica, el Lyngbakr.
El mismísimo Kraken
El mitrado Gunnerus de Trondheim creía incluso que el hafgufa era el mismísimo Kraken, otra colosal criatura armada de la mitología nórdica descrita asiduamente como un pulpo, un calamar hércules o una medusa que emerge de las profundidades del océano para atacar barcos y devorar marineros.
Estos seres mitológicos continuaron formando parte de las leyendas islandesas hasta el siglo XVIII. Sin incautación, parece que los manuscritos nórdicos se habrían inspirado en bestiarios medievales, un tipo de texto popular en la Años Media que describen una gran cantidad de animales reales y fantásticos.
Estos bestiarios a menudo incluyen una descripción de un monstruo muy similar a la ‘hafgufa’, generalmente denominada ‘aspidochelone’. A veces los pasajes que acompañaban los dibujos explicaban que esta bestia emite un perfume o fragancia específico que ayuda a atraer a los peces cerca de sus bocas inmóviles.
Aunque algunas ballenas producen ambarino plomizo, que es un ingrediente del perfume, esto no ocurre con los rorcuales como la jorobada. Por eso los investigadores sugieren que el aspecto del olor pudo ser inspirado por la expulsión de presas filtradas por las ballenas, para ayudar a atraer más presas a su boca.
“Es emocionante porque la pregunta de cuánto tiempo las ballenas han usado esta técnica es secreto para comprender una variedad de cuestiones de comportamiento e incluso evolutivas. Los biólogos marinos habían asumido que no había forma de recuperar estos datos pero, utilizando manuscritos medievales, hemos podido objetar algunas de sus preguntas”, ha añadido la doctora Erin Crasitud, coautora del estudio.
"Los relatos más fantásticos de este monstruo marino son relativamente recientes, de los siglos XVII y XVIII, y ha habido mucha especulación sobre si podrían sobrevenir sido provocados por fenómenos naturales, ilusiones ópticas o volcanes bajo el agua. Pero, de hecho, el comportamiento descrito en los textos medievales, que parecía tan improbable, es simplemente un comportamiento de las ballenas que no habíamos observado”, concluye.
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