Los ganaderos del Berguedà y del Ripollès conviven con el problema del aumento de la población de ciervo. Denuncian que ya es suficiente difícil trabajar en zonas de montaña, donde desde hace abriles sufren la plaga de jabalíes y la situación se complica ahora al sumarse la presión de más animales.
Afirman que “se nos comen todos los pastos y no hay suficiente control retrete”, explica Martí Marginet, un ranchero del Berguedà.
Por su parte, Josep María López, inicio de la sección de Activitats Cinegètiques de Barcelona, asegura que los censos demuestran que en los últimos 10 abriles la población de ciervos está “estabilizada”. A pesar de ello, admite que la situación de sequía puede sobrevenir provocado un “conflicto” para el paso de las patrullas.
“Cada vez es más difícil”, afirma Marginet, que tiene un centenar de vacas pastando en los prados de la zona de la Nou de Berguedà. La sensación de impotencia es cada vez más excelso. “Estás todo el año ilusionado y trabajando unas tierras para que estén preparadas para que vaya tu manada y día tras día ves grupos de 20 y de hasta 40 ciervos que se comen la comida. Cuando vas, o ya no hay o está medio comido”, lamenta. Esta situación, añade, ya va más allá del tema crematístico. Los daños ya son psicológicos y morales.
Día tras día además tienen que reparar los daños que los ciervos provocan con los cuernos en las vallas eléctrica, un agravio crematístico que se suma y para el que no hay ayudas. Sin retención, lo que más les preocupa es el tema retrete. Según el ranchero, estos ciervos “comen y beben del mismo sitio que el manada” y no hay un control retrete profundo.
Hace seis abriles, recuerda, que hubo el caso de una becerra con tuberculosis y, desde entonces, los ganaderos tienen que hacer controles para comprobar que están libres de bacterias. “En cambio, el manada salvaje, que convive con nuestras vacas, se hacen analíticas muy opacas y con poca cantidad”, se queja. Por eso, los ganaderos no se sientes suficientemente protegidos y sienten el peligro de contagio como una amenaza vivo.
Por su parte, la responsable de Medi Rural de Unió de Pagesos, Raquel Serrat, ha explicado que la situación de la sobrepoblación de ciervos “empieza a ser preocupante”. Relata que son animales “muy grandes que, cuando acceden a los prados para pastar, se comen toda la comida que había sembrada para las vacas o yeguas”.
Asegura que en los últimos cinco abriles la población de ciervos ha ido en aumento, pero sobre todo las quejas se han concentrado recientemente. Por esa razón, reclaman a la Generalitat que se haga un “control eficaz” de las sobrepoblaciones de fauna. “Tenemos que convivir todos juntos y, por eso, se tiene que hacer una mandato adecuada de los animales”, considera Serrat.
Hecho Climática constata que la población está “estabilizada”
Desde el Unidad de Hecho Climática descartan que haya habido un repunte de poblaciones de ciervos a pesar de las quejas de los ganaderos. “En los últimos diez abriles, los censos nos indican que la población está estabilizada y no creen que sea una nueva situación de conflicto”, explica Josep Maria López, inicio de la sección de Activitats Cinegètiques y de Pesca Continental de Barcelona.
Cifran en unos 15 ciervos por kilómetro cuadrada. Aunque hay zonas donde hay más que en otras, “no hay un conflicto, pero si una competencia adicional directa entre los ganados domésticos y los salvajes”, remarca.
Uno de los objetivos que se fijan es conseguir este difícil permanencia y que una actividad no haga disminuir la otra. Para dar apoyo a la ganado ha puesto en marcha iniciativas como subvenciones para cierres de prados para evitar daños de pasturas. López no descarta que los dos abriles que llevan de sequía hayan “acotado” la producción de pastos y que la competencia para la comida sea más excelso, una situación que no la tienen contrastada.
Muchas de las poblaciones de ciervos que viven en la zona del Berguedà están adentro del Parc Natural del Cadí-Moixeró. Su director, Jordi García Petit, afirma que los ciervos comen en el mismo prado que aprovecha la becerra, la oveja o las yeguas y, a pesar de que considera que “no hay un conflicto”, sí que ve una “competencia adicional entre la actividad de los ganados domésticos y los salvajes”.
“Podemos hacer compatible esta competencia por la misma hierba. De hecho, es lo que interesa hacer desde hace muchos abriles para despabilarse un permanencia para que una actividad no haga disminuir a la otra”, ha expuesto Garcia Petit.
Los últimos censos de ciervos y la caza
Las anteriores generaciones no recuerdan sobrevenir trillado ningún ciervo en la zona. Según un noticia de la Generalitat, las poblaciones de ciervo en el Berguedà se restablecieron a mediados de los abriles 50 procedentes del sud de España. En la viejo parte del circunscripción catalán habían desparecido.
En 2009 se creó una mesa de mandato de la población por tal de resumir los conflictos ocasionados por el aumento de ciervos con diferentes agentes del Ripollès y el Berguedà, así como técnicos, cazadores y Agents Rurals, entre otros. Se gestiona un ámbito de 1.137 km2 donde hay 44 hectáreas privadas de caza, un refugio de fauna salvaje y una reserva franquista de caza.
En los últimos censos hechos en 2022 se han observado 1.504 ejemplares, mientras que el año precedente se situaba en 1.241 ejemplares detectados. La caza ha sido una de las medidas de control. Durante 2021-22 se cazaron 534 ejemplares de los 794 previstos, mientras que el presente periodo se habría representante a un 74% de cumplimiento, todo poniendo específico presión en las hembras para resumir la capacidad reproductora.
La pandemia y las restricciones además condicionaron las capturas. A pesar de ello, en las áreas más problemáticas aseguran que el cumplimiento se aprueba al 90% a causa de las evacuación de acto.
En el plano técnicos se han fijado como objetivos concentrar la presión cinegética en las zonas próximas a las carreteras y a sembrados o prados privados. Las batidas se harán en zonas donde haya constancia de hembras. Desde el Parc Natural del Cadí-Moixeró, una de las zonas incluidas en este plano de seguimiento, aseguran que de cada 4 permisos, 3 son para capturar hembras.
“La caza es la única vía” para resumir las poblaciones de ciervos, descartando de momento la vía natural como podría ser el lobo. Frente a la desatiendo de cazadores en un futuro, se están estudiando otras medidas como cazadores habilitados para tener más efectivos de control de la especie.
En lo referente al tema retrete, durante 2022 se cogieron muestras de 8 ejemplares y nadie dio positivo por una enfermedad de revelación obligatoria. Este 2023 se han enfrentado incisos por la presencia de Hypoderma actaeon/ Onchocerca flexusa, “unos parásitos que no comportan una afectación arduo”, según el plano técnico.
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