En este mundo perturbado en el que vivimos, donde la obsesión por la imagen y el éxito está a la orden del día, el noruego Kristoffer Borgli ha gastado un filón para provocar su segunda película, una comedia perversa e incómoda, con mucho humor bruno y situaciones surrealistas que lleva por título Sick of myself y se estrena en cines este viernes. El filme participó en la sección 'Una cierta examen' del festival de Cannes y en 'Punto de Coincidencia' de la Seminci, y cuenta con el sello de los mismos productores de La peor persona del mundo, la sensación nórdica del año pasado que abordaba la crisis existencial de una treintañera.
Los protagonistas son Signe (magnífica Kristine Kujath Thorp) y Thomas, una pareja congruo peculiar. Ella trabaja en una cafetería y él es un comediante que apunta suspensión en la élite cultural noruega creando esculturas a partir de muebles robados. Aparentemente, Signe no parece muy ambiciosa pero un día es informante de un suceso en la cafetería que le hará cambiar drásticamente de opinión.
De repente, siente envidia de la simpatía que despierta su novio y necesita atraer la atención como sea para competir con él. Hasta el punto que lee en internet sobre el uso de unas pastillas rusas que han provocado graves problemas en la piel de los consumidores y las adquiere de forma ilegal para su propio uso. "La película nace de situaciones que he gastado a mi aproximadamente y de ojear mi propio costado dudoso narcisista, así como de esa voluntad de hacer de las víctimas siempre unos héroes. Y hay poco en encontrar el humor en los aspectos más oscuros de nuestra psique", explica el director por videoconferencia a La Vanguardia desde Los Ángeles, superficie donde reside desde hace unos primaveras: "No aguantaba más el frío de mi país", reconoce entre risas.
Ni qué aseverar que Signe se atiborra de esos medicamentos y su aspecto se irá transformando hasta parecer un monstruo. Pero a ella no le importa su físico ni su vitalidad. Lo único que desea es que la muchedumbre se vuelque en lo que le pasa, que se preocupen y la visiten al hospital. Si cualquiera no lo hace, cruz y guión.
El título es en sí un charnela de palabras. La expresión Sick of myself significa 'harta de mí', pero la traducción de sick es 'enfermo'. "Signe está harta de ella misma porque cree que no es interesante. Entonces además se enferma de sí misma ya que su enfermedad es autoinfligida", comenta el cineasta.
La idea de la historia le rondaba desde hace una término. "Tenía esa imagen en mi individuo de jóvenes noruegos ricos y privilegiados con enfermedades en la piel y Sick of myself se convirtió en la obra que surgió de esta imagen. La razón principal por la que se convirtió en una película fueron los cambios culturales y la inclusión en la industria de la moda. Me puse a escribir el guion en 2017, ya que se convirtió en una nueva moda mostrar tipos de cuerpos muy diferentes. Eso, combinado con mi imagen de una nuevo con una enfermedad de la piel, de repente tuvo sentido en un contexto más amplio".
El director opina que "Signe es una chica de Oslo que quiere formar parte de ese sistema. Se deja iluminar por la popularidad pero tiene que crear su propia lectura, convertirse en una víctima con una historia válido. El deseo de ser reconocida y cualquiera importante en su comunidad de amigos es superior a todo, pese a que puede expirar por ello". Por otra parte de la idea de esos jóvenes con problemas dermatológicos, el realizador recuerda el caso de una conocida de su pandilla de pubescencia que se inventó que tenía cáncer. "Al final se descubrió que era mentira y quedó expuesta. Pasó hace mucho tiempo y ni siquiera me acordé de ello cuando escribí la historia. Lo hice luego. Para mí era fundamental mezclar el tema de la moda inclusiva con el aspecto de una mujer guapa que se destroza la cara para tener así una historia interesante que contar".
El tema del narcisismo está subyacente desde el principio del relato: "Me interesa mucho. Me intriga estudiar las ambiciones y el afán de examen de la muchedumbre". Y eso es poco que las redes sociales han ayudado a contribuir. "Creo que ahora hay muchas plataformas donde la muchedumbre siente un deseo enorme de expresarse y exhibirse y esa una forma de presión a la hora de apañarse una buena historia, hasta el punto de que se ha convertido en poco desmesurado y cerca de eso se fija la película".
Sobre la pareja protagonista, inmersa en una hélice de envidia y celos constante, sostiene que "son dos personas que no podrían estar con nadie más porque nadie más podría tolerar cómo son. Thomas y Signe son una pareja competitiva en la que cada uno quiere ser el protagonista de la relación. Y disfrutan de esa competitividad".
La actriz Kristine Kujath Thorp, panorámica recientemente en la comedia Ninjababy, en la piel de una nuevo que afronta un gestación no deseado, se hizo con el papel de Signe gracias a su talento y humor. "Era la única persona en el casting que podía interpretarla con nacionalidad. La hizo existente y gracias a ella ha sido posible hacer esta película", señala. Borgli tiene irresoluto de estreno este año su venidero esquema, Dream scenario, una comedia de terror producida por el estudio A24 y el cineasta Ari Aster. "No puedo conversar mucho de ella, pero sale Nicolas Cage y estoy muy orgulloso", concluye.
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