El Sida fue la plaga del los primaveras 80 y 90. Fue una enfermedad que causó estragos y de la que se habló mucho. Ahora todavía hay quien la sufre, pero "ya no se dice cero de las personas que lo padecen de forma física y psicológica". "Siquiera se suele mencionar a las mujeres infectadas, pero las hay y su vida cambió sentimental y sexualmente". Por eso, Elvira Bonito escribió Cualquiera que cuide de mí, un relato sobre una mujer ya madura víctima del Sida.
Ahora, Bonito y Daniela Féjerman han llevado esa historia al cine porque "tenía un conflicto dramático que contar". Féjerman y Bonito dirigen a cuatro manos Cualquiera que cuide de mí, que es además un filme sobre la maternidad y que hoy ha inaugurado el Festival de Málaga. La cinta cuenta con un reparto muy coral y "muy proporcionadamente escogido, pues estamos convencidas de que no hay otros actores para interpretar estos papeles", señalan las directoras en una entrevista con La Vanguardia.
Emma Suárez da vida a Cecilia, una actriz ya madura que se encuentra en el centro de una dinastía de intérpretes. Su causa, Magüi Mira, fue una de las reinas de las tablas y su hija, Aura Hermoso (Nora), acaba de ingresar un Goya. Nora quiere a su alocada causa, pero no entiende la relación que mantiene desde hace muchos primaveras con un hombre andrógino al que encarna Pedro Mari Sánchez. En cambio la relación entre Cecilia y Magüi es muy tensa. En medio de todo eso, la inexperto Nora descubre el secreto mejor guardado de su causa e inicia una relación con un inexperto actor, Víctor Clavijo.
"Cada actor llegó a nuestro seno de forma diferente. Los hombres al instante dijeron que sí. Encajaban en los papeles, estaban escritos para ellos. De Aura nos enamoramos al instante. En la película está en estado de belleza, te la comes. Y Magüi encarna a una actriz que hace de actriz. Por su parte, Emma encaja perfectamente una época que es la que conoció, la de la inexperiencia de los 80 cuando ella fue tan exitosa", explican las directoras de Cualquiera que cuide de mí.
El hecho de activo escogido a un relación tan conocido ha permitido a las realizadoras beneficiarse un material muy valioso para la película, como las fotos juveniles de Suárez o una antigua interpretación de Pedro Mari Sánchez de La gaviota de Chéjov registrada en 1981. Encima, Bonito y Féjerman han "aplicado" las cualidades de Clavijo como pianista y fotógrafo. "Es un superdotado y para nosotras todo ese material, un abundancia".
Pero aunque Cualquiera que cuide de mí tiene un fondeo en los primaveras 80, transcurre en la época presente. Y a pesar de que está narrada con un punto de comedia, aborda además conflictos dramáticos como la difícil relación entre Magüi y su hija Cecilia. "Hay poco del personaje de Magüi que es verdadero, porque hay mujeres que no querían ser madres, pero en ese tiempo no se plantearon no tener hijos. Esas madres esperaban que su hijas no les dieran problemas, pero si les salía una pupila indócil no sabían cómo abordarlo", explica Bonito, que firma el guion anejo a Féjerman.
Con Cualquiera que cuide de mí, el Festival de Málaga ha legado el pistoletazo de salida a una intensa semana de cine en la que estará presente 20.000 especies de abejas, de Estibaliz Urresola, cuya protagonista, Sofía Otero, de nueve primaveras, se llevó el premio a la mejor interpretación protagonista en la pasada Berlinale. Igualmente competirán en la sección oficial Una vida no tan simple, el extremo trabajo de Félix Viscarret y La desconocida, de Pablo Maqueta. La presencia catalana está garantizada con el filme de Sílvia Munt, Las buenas compañías, que narra la historia de las primeras feministas en los primaveras 70 en Rentería, Unicors de Àlex Lora y Els encantats, de Elena Trapé.
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