Existen preguntas difíciles de objetar. Una de ellas: ¿Qué es la civilización? Otra: ¿Para qué sirve? Estas son las cuestiones que Antonio Monegal, filósofo y catedrático de teoría de la Letras y Letras Comparada en la Universitat Pompeu Fabra, intenta resolver en su final tomo, el título del cual ya nos da una cierta pista, Como el ventilación que respiramos (Abismo). A las primeras de cambio lo advierte: “La civilización no es sólo lo que aparece en las páginas de civilización de los periódicos”.
¿Entonces?
La civilización es lo que nos rodea, es poco tan común que nos resulta prácticamente invisible.
Como el ventilación que respiramos…
La civilización es la forma en que el ser humano se relaciona con su entorno. Esta es la visión más amplia del término, la antropológica. No existe un mundo fuera de la civilización. Y hay otra visión más restringida, donde aparece el arte, la letras, el cine…
¿Este ventilación está contaminado?
Creo que nunca ha estado honrado. La civilización nos ayuda a enriquecer la existencia, pero asimismo forma parte de nuestras tendencias más peligrosas. El problema no es que el ventilación esté contaminado, sino que se ha vuelto más denso. Cuando la muchedumbre vivía en entornos culturalmente más homogéneos se sentía más segura. Ayer los conflictos eran entre el propio espacio cultural y uno de fuera, ahora esta complejidad es interna. Todas las sociedades viven en una conciencia de cambio de códigos que hace que la vida sea un poco más complicada. Son momentos difíciles por la ligereza de las transformaciones.
A lo extenso de la historia siempre ha habido sincretismos.
No hay una civilización que no tenga orígenes en otras culturas. Los imperios eran formas de globalización. Pero la globalización presente lo acelera todo. Por una parte nos ha enriquecido porque ha aportado formas, opciones, que nos han ayudado a encontrar nuevas soluciones. Pero asimismo ha tenido enseres de homogenización con el peligro que conlleva, que la singularidad de las culturas se diluya. El mundo presente es de una gran interconexión y esto lo vuelve más complicado.
¿Internet ha contribuido a democratizar el golpe a la civilización?
Internet es una de las herramientas de la globalización y a su más o menos hay grandes empresas como Google, Facebook… que se encargan de la circulación de los contenidos culturales. Cualquiera produce contenidos y lo determinante es quién controla su distribución. Cualquiera que cuelga un vídeo en You Tube está participando en un sistema de intercambio cultural. Los poetas ahora llegan a más muchedumbre gracias a internet. Para mí la civilización es un gran ecosistema donde hay espacios que mueven mucho caudal y otros pequeños, como los ateneos populares. Lo importante es que cada uno encuentre en el interior de la gran variedad su espacio para realizarse y hacer que su vida sea más agradable.
¿Por qué hay personas que consideran que la civilización no es esencial?
Porque se han sentido excluidas. No se consideran representadas con lo que aparece en las páginas de civilización de un diario. La civilización no es un abundancia atractivo, es la saco de nuestra experiencia fundamental. Para algunos, está vinculada con la música clásica, para otros, con el hip hop. Banksy empieza haciendo grafitis en la calle y ha fracasado en las galerías de arte. No existe una separación radical entre los espacios culturales. La prioridad radica en dar a entender que lo que llamamos civilización nos afecta a todos.
¿Y qué nos aporta?
Nos enriquece la vida. Tenemos una única existencia y sin ausencia que la enriquezca, solo somos mano de obra. La muchedumbre encuentra en la civilización formas de realización y satisfacción de todo tipo. Y todos participamos de esto.
¿Cuál es la barrera entre civilización y ocio?
No están por si mismas separadas. El ocio es solo un tiempo, el tiempo que no se trabaja. La civilización forma parte de la estructura de la sociedad humana desde los inicios, cuando se empiezan a pintar las cuevas. Es la producción simbólica, y el ser humano necesita esta producción simbólica.
¿Y por qué la civilización no nos hace mejores personas?
Porque sólo nos hace personas. La religión siquiera nos hace mejores personas, no sé por qué le tenemos que pedir a la civilización lo que ni tan solo consigue la religión.
La religión asimismo es civilización.
Sí. Yo puedo entender qué es bueno y qué es malo, pero no garantiza que me comporte de una forma determinada. La civilización no fue suficiente para frenar las atrocidades del siglo XX, no nos garantiza ser mejor persona. Las humanidades no necesariamente humanizan, pero sí nos ayudan a imaginar mundos mejores.
Y asimismo peores, como la distopía que está tan de moda.
Pero es una denuncia del presente. La civilización nos tiene que ayudar a imaginar el mundo que queremos, si no, resulta muy difícil mejorarlo. Esta es una de sus aportaciones. Nos ayuda a cambiar lo que no nos gusta.
¿Y qué papel juega en una cruzada como la que estamos viviendo?
Como en todas las guerras, se lucha a menudo por motivos culturales. Los conceptos de nación, memoria colectiva, orgullo imperial… son civilización. Cuando Putin se considera legitimado para acomodarse Ucrania es porque tiene una visión jerárquica de superioridad de su civilización sobre la de los ucranianos. ¿Por qué luchan los ucranianos? Por su nación, por su identidad, por su civilización. Los disección políticos suelen olvidar la voluntad de ser, que lleva a la muchedumbre a no rendirse. La desigualdad marcial no conduce a una conquista si el otro no está dispuesto a ser sometido. Sucumbir por una idea es cultural.
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