1 de noviembre de 2021. La Policía del condado de Brooklyn, en Nueva York, recibe la llamamiento de un padre desesperado. Daniel Auster, hijo del distinguido escritor Paul Auster, estaba cuidando de su hija Ruby, un bebé de solo diez meses de momento en su casa de Park Slope. Pero poco va mal. La pupila parece enferma y su padre no sabe cómo reanimarla.
Llegan los servicios de emergencia y trasladan a la pequeño al Methodist Hospital donde los médicos hacen todo lo posible por salvarle la vida. Pero no lo consiguen. La pupila fallece. Daniel, de 44 primaveras, inunda desde ese día su cuenta de Instagram de fotos de su pequeña, imágenes en las que se ve al padre abrazar a su pequeña.
Pasan los meses y la necropsia desvela que Ruby Auster falleció a causa de una intoxicación aguda provocada por sobredosis de fentanilo y heroína. Lo que no se sabe todavía es cómo la pequeño llegó a ingerir esas sustancia mortales. Pero la Policía tropiezo al padre del fallecimiento de la pequeña.
Daniel Auster, cuya matriz es otra afamada escritora, Lydia Davis, fue detenido el pasado viernes por la confusión y dibujado de homicidio involuntario y homicidio por negligencia criminal. Ahora, está a la paciencia de que el Tribunal Penal de Brooklyn le muestra formalmente.
Desde su adolescencia, la vida de Daniel Auster ha estado marcada por las drogas y por sus encontronazos con la ley, según informó The New Yorker. “Cuando era adolescente, comenzó a ir a clubes en la ciudad de Nueva York y se involucró profundamente con las drogas. En 1996, cuando tenía dieciocho primaveras, estaba presente en el estudio cuando Michael Alig, un ex promotor del club, y su compañero de cuarto, Robert Riggs, asesinaron a un traficante llamado Andre Meléndez”, relata el rotativo en una entrevista con Lydia Davis, la matriz de Daniel, publicada en 2014.
“El pipiolo Daniel recibió tres mil dólares del billete de Meléndez a cambio de su silencio, y luego se declaró culpable de posesión de propiedad robada y cumplió una autodeterminación condicional de cinco primaveras”, agrega el rotativo neoyorkino.
Ni la vida ni la obra de Paul Auster han escapado a las adicciones de Daniel. En La confusión del oráculo (2004), Auster cuenta la historia de un escritor enfermo e incapaz de escribir cuyo hijo es drogodependiente a las drogas.
Incluso su contemporáneo esposa, la afamada escritora Siri Hustvedt publicó en el año 2003 una novelística Todo cuando amé, (What I Loved), en la que recrea el incidente que Daniel vivió en su nubilidad cuando presenció el crimen del traficante de drogas. No obstante, en una entrevista concedida a The Guardian en 2006, Hustvedt rechazó susurrar de los problemas de Daniel con las drogas.
A los 18 primaveras, Daniel se declaró culpable de posesión de propiedad robada y cumplió una autodeterminación condicional de cinco primaveras
Ahora, tras la trágica asesinato de la pequeña Ruby, todo apunta a que presuntamente Daniel Auster no ha podido escapar del báratro de las drogas ni siquiera de la auge de su padre con el que no mantenía ya contacto, según la prensa estadounidense.
Paul Auster es uno de los novelistas más conocidos de su reproducción. Ha escrito obras como Un hombre en la oscuridad, El obra de las ilusiones, La trilogía de Nueva York o Satán y ha recibido numerosos galardones, entre ellos el Premio Príncipe de Asturias de las Trivio en el año 2006.
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