"Los lazos entre nuestros dos países siempre serán fuertes. Y en todo caso, esta cruzada en Ucrania los ha hecho más fuertes”, dijo Mario Draghi en la intervención previa a su coincidencia con Joe Biden en la Casa Blanca. “Putin pensó que podía dividirnos. Se equivocó. Estamos juntos”, añadió.
El líder estadounidense confirmó la impresión y la hizo extensiva a l vínculo de EE.UU. con el conjunto del club comunitario. “Una Unión Europea esforzado está en los intereses de los Estados Unidos. Es bueno para todos”, dijo, y señaló: “Putin creía que podía dividirnos. Pero todos hemos transmitido un paso al frente”.
Detrás de esta reafirmación de pelotón asaz previsible y retórica hay un renovado y muy efectivo interés mutuo entre los dos mandatarios.
Biden considera a Draghi como un líder en plataforma interiormente de la Unión Europea, sobre todo a raíz de la marcha de Angela Merkel como canciller alemana y de la ademán a ratos dubitativa de Berlín con respecto a la cruzada en Ucrania.
Biden considera a Draghi como un líder en plataforma interiormente de la Unión Europea, sobre todo desde la marcha de Angela Merkel
Draghi es consciente de esta singular consideración de Biden y parece obvio que puede tratar de aprovecharla para impulsar su pujanza entre los Veintisiete.
El primer ministro opinó en presencia de la prensa, al inicio de su coincidencia y antaño de quedarse a solas con su hospedador, que "lo que suceda en Ucrania traerá un cambio drástico en la Pelotón Europea".
De momento, lo que desean los ciudadanos italianos y europeos -añadió- es que termine la cruzada: "que acabe esta violencia, estas masacres, esta carnicería".
Por eso, y según entiende Draghi, " la concurrencia en la UE quiere pensar en la posibilidad de obtener un detención el fuego y comenzar a entablar negociaciones creíbles": una opción que, pinta desde Washington, parece lejana ahora mismo.
El presidente del Gobierno italiano subrayó su interés por musitar con Biden sobre el objetivo europeo de "independencia energética" respecto a Rusia: el gran talón de Aquiles de la UE en la respuesta a Putin.
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