Cien años de historia en imágenes

En la era digital, no podemos imaginar un alucinación, un concierto o una manifestación sin hacer fotografías con nuestro teléfono móvil. Imágenes que quedan guardadas para que, cuando pasen los abriles, podamos rememorar los momentos vividos.

La historia de un país o una sociedad no podría contarse sin las instantáneas captadas por aquellas miradas que han ido más allá de lo que estaba sucediendo. Y Catalunya cuenta con una alcurnia de artistas que se han convertido en los máximos exponentes de la fotografía: los Català.

Para rendir homenaje a los cien abriles de fotografías realizadas por esta grupo, el Museu d’Història de Catalunya ofrece la exposición Els Català, fotògrafs d’un segle que puede encontrarse hasta el 25 de septiembre. La muestra, comisariada por Andreu Català y coordinada por Raquel Castellà, recoge imágenes que han sido refrendo de movimientos artísticos y culturales en el siglo XX, instantáneas que forman parte de la iconografía del país.

El origen de una dinastía de fotógrafos

Pere Català i Pic nació en Valls (Tarragona) en 1889, pero de pequeño se instaló en Barcelona con su matriz. Siendo muy pipiolo empezó a trabajar en un mesa, donde consiguió una cámara gracias a un sorteo y así se inició su interés por la fotografía.

En la término de 1910 decidió retornar a su ciudad originario, donde se estableció como fotógrafo y retratista y empezó a examinar con la imagen documental. En 1931, poco luego de que se proclamara la Segunda República, volvió a Barcelona y empezó a interesarse por la renovación fotográfica en la publicidad, un ámbito en el que se le considera un pionero en Catalunya.

Un ejemplo de ello es Aixafem el feixisme: un cartel de la lucha contra la dictadura que el fotógrafo creó en 1936. En la fotografía puede encontrarse la alpargata de un mosso d’Esquadra a punto de pisar una esvástica carca, una imagen que se popularizó y está considerada una de las mejores fotografías publicitarias de la primera centro del siglo XX. Entre 1932 y 1936, bajo la marca PIC, Pere Català hizo instantáneas por encargo de varias empresas como Anisete del Chimpancé, Xocolates Juncosa, Cacaolat o Cinzano.

Cartel de la campaña publicitaria 'Aixafem el feixisme' dentro de la exposición.

Cartel de la campaña publicitaria 'Aixafem el feixisme' internamente de la exposición.

Pepo Segura

Pere Català siempre tuvo una formación autodidacta, igual que sus dos hijos: Francesc Català Roca y Pere Català Roca. Los tres trabajaron como fotógrafos durante abriles y colaboraron además con la primogénita de la grupo, Maria Àurea Català Roca, que era retocadora de imágenes.

Desde 2017, el Arxiu Franquista de Catalunya cuenta con una gran cantidad de fotografías realizadas por los Català gracias a una donación de la grupo y el archivo de Francesc Català-Roca se encuentra depositado en el Archivo del Colegio de Arquitectos de Catalunya. La exposición del Museu d’Història de Catalunya consta de 182 imágenes que repasan algunos de los acontecimientos más relevantes del siglo XX.

Estudiantes que se convierten en fotógrafos

En el situación de la exposición, el unidad de educación del Museu d’Història de Catalunya ha organizado una actividad online dirigida a alumnos de la ESO, Bachillerato y Ciclos Formativos que les propone la elaboración de un reportaje fotográfico sobre una temática social que les genere interés.

Foto Report es un tesina que promueve la advertencia entre los estudiantes sobre aquello que preocupa a los más jóvenes, estimulando una ojeada crítica. Para ello contarán con la colaboración del fotoperiodista Quim Farrero, que les ayudará a construir una narración a través de las imágenes.

Los alumnos y alumnas deberán explorar su ciudad, su arrabal e incluso su centro educativo para tomar nota de aquellos aspectos sociales que les gustaría retratar. A través de un debate en clase, escogerán la temática del foto reportaje colaborativo. Una gran oportunidad para crear y reflexionar a través del objetivo.

Muestra accesible

La exposición Els Català, fotògrafs d’un segle desafío por la accesibilidad de las personas con discapacidad. La muestra incorpora unas mesas táctiles que ofrecen fotografías en relieve, con textos en braille y audiodescripción para allanar el comunicación a la civilización a todos los públicos.

El suministro cuenta además con materiales escritos adaptados a las directrices de Ojeada Manejable. De este modo, se facilita la comprensión a personas con trastornos del educación, discapacidades sensoriales o intelectuales.

Los dos audiovisuales que se proyectan en la exposición, obra de Paco Amate y dirigidos por Raquel Castellà, cuentan con subtítulos y los mostradores de atención al conocido disponen de bucles magnéticos fijos para que las personas con prótesis auditivas puedan comunicarse con una veterano cualidad.

Información elaborada en colaboración con el Museu d'Història de Catalunya

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