Los hombres jóvenes de hoy son más misóginos que los de ayer? Si tuviera que objetar a esta pregunta, no dudaría en objetar que no de forma rotunda. En mi opinión, las nuevas generaciones aceptan de forma mucho más natural la igualdad de géneros e influyen en el cambio de mentalidad que se está dando en la sociedad. Pero mi punto de perspectiva no coincide con la tendencia negativa de las estadísticas policiales, ni con encuestas entre la población joven que arrojan resultados sorprendentes.
La mejor forma de combatir contra el machismo sigue siendo la educación, tanto en el ámbito escolar como el descendiente
Así, un flamante noticia del INE, divulgado el pasado martes, aseguraba que la violencia machista se dispara entre los menores de 18 primaveras. El número de adolescentes denunciados crecía un 71% al comparar el 2020 con el 2021 y la mayoría de los agresores eran hombres jóvenes. Según el citado estudio se está produciendo un retroceso en la concienciación de la pubescencia en torno a lo que significa machismo y violencia. Una investigación de la FAD del 2021 sostenía además que crece el porcentaje de chicos (de 15 a 29 primaveras) que niega que exista la violencia de apartado o admisiblemente le resta importancia. Mientras que cada vez son más las chicas que consideran que esta violencia es un problema social muy oneroso –72,4% en el año 2017, 74,2% en el 2021–, cada vez son menos los chicos que están de acuerdo con esta afirmación.
Si a esta tendencia se suma el incremento de violaciones que padecen muchas jóvenes y la execrable disposición de bandas que actúan en plan manada para forzar el sexo de forma múltiple, llegamos a la conclusión que como sociedad tenemos un problema. ¿Qué nos está pasando? Los sociólogos apuntan a multitud de causas, pero concretan en una: la facilidad con la que muchos menores acceden al porno digital y adoptan unos estereotipos violentos y machistas.
La mejor forma de combatir contra ello sigue siendo la educación, tanto en el ámbito escolar como el descendiente, y no debe ser tomado a broma. Los partidos políticos que, como Vox, minusvaloran o, en algún caso incluso, niegan la existencia de la violencia de apartado deberían además replantear su discurso. Sobre todo ahora que empiezan a establecerse sillones de gobierno. Sería bueno que no hiciéramos pasos en torno a a espaldas.
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