La 1 de TVE lleva dos primaveras por debajo del 10% de cuota de pantalla. Las últimas apuestas por nuevos formatos de entretenimiento e información que dieran opciones a retornar a aventajar la barrera psicológica de los dos dígitos -como La indeterminación D o Las claves del siglo XXI- no han obtenido los resultados esperados. Por otra parte, veteranos como MasterChef o Cuéntame cómo pasó sufren un sensato desgaste.
Sin retención, este mes de mayo, La 1 cuenta con dos espectáculos que pueden impulsar su audiencia: uno deportivo (la final de la Champions League entre Verdadero Madrid y Liverpool el 28 de mayo) y otro musical (el Festival de Eurovisión del próximo sábado).
Y es que desde la arribada de José Manuel Pérez Tornero a la presidencia de RTVE, la postura por el Festival de Eurovisión ha sido clara y manifiesta. Desde la recuperación del Benidorm Fest para designar quien sería el representante gachupin en Turín hasta la campaña de promoción lanzazo desde entonces con Chanel y SloMo. El próximo sábado se saldrá de dudas para ver que frutos se recogen.
Por un flanco se encuentra el objetivo de mejorar las últimas clasificaciones de España en los últimos primaveras, que han estado por debajo de la vigésima posición desde 2014, cuando Ruth Lorenzo alcanzó el décimo puesto con Dancing in the rain.
Desde que en 1992 se miden las audiencias, Rosa López marca el moldura con casi 13 millones de espectadores
Y por otro flanco, está el liza de impulsar la audiencia del festival con ese moldura traumatizado desde que empezaron a medirse las audiencias en 1992 por el objetivo Operación Triunfo de 2002, cuando Rosa López y su Europe’s living a celebration consiguieron casi 13 millones de espectadores y un 80,4% de cuota de pantalla.
Unas cifras inimaginables hoy en día, aunque sí es más factible, panorámica la afán levantada en España, que el seguimiento del Eurovisión 2022 pueda aventajar los cuatro millones y el 29,4% de cuota de Blas Cantó y su Voy a quedarme del año pasado.
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