Carlota es la primogénita, una pupila muy deseada por sus padres. Tanto, que adelantó su venida al mundo. Nació de forma prematura, a las 32 semanas de florecimiento, y quedó ingresada en el hospital Arnau de Vilanova de Lleida. Al mango de una semana, un morado que le apareció detrás del hombro motivó su traslado al Vall d’Hebron, en Barcelona. A pesar del trance, Nicolás, su padre, está encantado. El bebé hace varios días que ingiere cuajo materna, está aceptablemente de sanidad y pronto recibirá el reincorporación, y su estancia en el hospital no ha podido resultar más cómoda y productiva.
Carlota es una de las primeras usuarias del nuevo espacio allegado de Neonatología del Vall d’Hebron. Una zona, denominada Como en casa , que dispone de doce habitaciones para familias con bebés prematuros o con patologías crónicas complejas, de modo que los progenitores pueden permanecer las 24 horas del día yuxtapuesto al pequeño en aceptables condiciones de comodidad y asimilar, yuxtapuesto a las enfermeras, a realizar las curas que puedan ser necesarias una vez fuera del hospital.
Nicolás se declara entusiasmado: “No nos lo esperábamos. Cuando me dijeron que teníamos que ir al Vall d’Hebron se me cayó el mundo encima. Si nos hubiera pasado hace un año, la pupila estaría en la uci, hubiéramos tenido que inquirir un hotel o subir y descabalgar cada día de Lleida. Ahora estamos siempre con ella. Duermo en un sillón supercómodo al flanco de la cuna de mi hija. Tengo conocidos que no lo han tenido tan obvio”.
Las familias aprenden a realizar las curas que requieren los niños con vistas a tratarlos en casa
La iniciativa se ha materializado gracias a una campaña de cuestación de fondos y a una ayuda de 250.000 euros de la fundación “la Caixa”. “Esto lleva abriles en proceso, han peleado mucho. Han conseguido poco que es bueno”, asegura Nicolás, en un tono de profundo agradecimiento.
Según los últimos datos anuales del Instituto Franquista de Estadística, de los 341.315 nacimientos registrados en España 22.146 fueron de bebés prematuros (antiguamente de la 37.ª semana de florecimiento). Muchos factores inciden en que sea uno de los países europeos con mayores tasas de nacimientos pre término –aunque no existen grandes diferencias–, entre los cuales el hecho de que la antigüedad de las madres sea cada vez anciano o los tratamientos de fecundidad. “El prematuro es una población que no hay modo de intentar acortar. Es una condición prácticamente humana que depende de muchos factores obstétricos. No creo que lleguemos a tender a cero”, apunta Félix Castillo. La anciano parte nace entre las semanas 32 y 37. Los nacidos antiguamente de la semana 28 –un millar de casos al año en España– son los que presentan más aventura de complicaciones, si aceptablemente la tasa de supervivencia sin morbilidad ha incrementado significativamente.
Son habitaciones dotadas de monitorización y tecnología adecuadas para el tratamiento de bebés en estado complicado y con un espacio allegado integrado en el que la clan pueda sentirse cómoda y tener intimidad. “Es un dominio propicio para su implicación en el cuidado del hijo. Son bebés enfermos que requieren un tratamiento y unos cuidados, y en este espacio integramos al bebé y la clan”, explica el principal de Neonatología, Félix Castillo.
El contacto entre hermana e hijo es esencial, añade, y con este sistema la clan se responsabiliza de las curas necesarias: “Cuando estás dos meses ingresado con tu hijo, con todo saciado de cables, y te dicen que vayas a casa a descansar te da angustia. Aquí estás ingresado con tu hijo y las familias se dan cuenta de que son capaces de hacer el tratamiento y las curas cuando se produzca el reincorporación o una hospitalización domiciliaria”.
“El hecho de que el caprichoso esté el mayor tiempo posible piel con piel con la hermana produce importantes beneficios para su exposición y acrecienta las posibilidades de que asuma mejor la crianza materna monopolio”, afirma Raquel Rodríguez, enfermera principal de Com a casa . Con un contacto permanente, los padres aprenden a identificar las micción de los bebés y se sienten mucho más capaces cuando regresan a casa. Las enfermeras intentan adoptar un rol secundario en beneficio de los progenitores. “La idea es que la clan sea protagonista de las curas. Hay niños que se marchan a casa con oxígeno o comestibles por sonda, y todos requieren cuidados de pediatría básica”, indica Rodríguez.
Buena parte de los usuarios serán bebés prematuros y sus familiares. El frontera de la viabilidad de estos niños está en 24 semanas de florecimiento, y el aventura de asesinato en las primeras semanas es stop. Si todo va aceptablemente, en estos casos el período de hospitalización puede ser de cuatro meses. “Imagínate, cuatro meses, y los padres no quieren separarse del caprichoso. Ahora tienen una zona para ellos”, celebra el doctor Castillo.
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