Luego de 18 temporadas de azulgrana, Melanie Serrano cuelga las botas. Entre lágrimas y aplausos irrumpió en una sala en la que no cabía un alfiler. “Cuando una ve que no aporta al equipo lo que quiere aportar, empieza a plantearse otras metas para ayudar de otra modo”, reconoció en un discurso que leyó con detalle tratando de contener sus emociones. “He tenido que hacer una advertencia interna muy importante, con mi tribu”, explicó para tomar una valentía que ha sido “muy difícil de tomar” a posteriori de toda una vida en el Barcelona.
La futbolista con más decrepitud de la plantilla se despidió en la sala de prensa de la Ciutat Esportiva Joan Gamper rodeada de toda la plantilla y acompañada por su tribu, incluida su mujer y sus gemelas, nacidas a finales de febrero. Todavía estuvo presente el presidente azulgrana, Joan Laporta, una muestra más de la magnitud de la epígrafe que es esta futbolista para la entidad blaugrana.
“Es aseverar adiós a una etapa de mi vida y rasgar otra que me ilusiona mucho”, anunció la futbolista, que no quiso dar muchos detalles del nuevo rol que desarrollará en el club una vez cuelgue las botas. “Se me ha planteado desde el club un nuevo esquema para el que cuentan conmigo y no lo he dudado. Podré enseñar todo lo que he aprendido en esta casa, ayudar a que se valore cada detalle porque lo que hoy en día es el fútbol mujeril no se parece en falta a lo que eran mis inicios”, reconoció
Hace casi dos décadas que Melanie Serrano, entonces ya residente en Blanes, aterrizó en el Barcelona. Tenía solo 14 primaveras y no sabía todo lo que viviría en el club catalán. Es el zaguero reducto de las futbolistas que vivieron un Barça muy diferente, de campos de tierra, entrenamientos nocturnos y viajes en autobús. “Aun memoria hace 18 primaveras cuando una citación me cambió la vida. Estaba en el colegio con mi amiga Aina, éramos las dos únicas que jugábamos a fútbol en el colegio. Era un número extenso y dudé en cogerlo. Cuando colgué me puse a silbar y a sollozar”.
En su despedida, Melanie recordó cómo fueron aquellos inicios: “A diario cogía un tren de Blanes a Barcelona, hora y media de camino para coger luego un medida y conseguir corriendo a tiempo al entreno. Nunca podía consumir la sesión porque si no, perdía el zaguero tren de dorso a casa. He pasado de apostar en campos de tierra, a altas horas de la perplejidad, con ropa tres tallas más sobresaliente, compartiendo el campo con cuatro equipos; a guatar dos veces el Camp Nou y soliviantar una Champions”, explicó emocionada.
Ahora se abre una nueva etapa: “Quiero transmitir a las nuevas generaciones los títulos de esfuerzo y trabajo. Lo importante no es tener las mejores instalaciones, material o sueldo, es que ahora existe respeto con destino a nosotras y con destino a el fútbol mujeril”. Un futuro que calma poder explicar a sus hijas: “Quiero que sepan que su hermana ha luchado y contribuido por la igualdad en el deporte”.
La futbolista de 32 primaveras se retirará al final de esta temporada. Este domingo tendrá la oportunidad de despedirse de la afinidad en el Johan Cruyff en el zaguero partido de Alianza frente a el Gimnástico de Madrid. Pero no será su zaguero partido con la camiseta azulgrana, con el que aún puede soliviantar dos títulos, la Champions el próximo sábado, y la Copa de Reina el zaguero fin de semana de mayo.
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