La judicatura turca ha asestado un nuevo mazazo a la examen, este jueves en Ankara. El Tribunal Supremo ha confirmado una sentencia de cuatro primaveras y merienda meses de prisión para la política socialdemócrata Canan Kaftancioglu, por algunos de sus tuits, difundidos entre 2013 y 2017. Kaftancioglu, jefa del Partido Republicano del Pueblo (CHP) en la provincia de Estambul, fue la arquitecta de la trofeo de Ekrem Imamoglu en las elecciones municipales de hace tres primaveras, terminando así con un cuarto de siglo de ayuntamientos islamistas.
El viacrucis jurídico de Kaftancioglu por unos meros tuits, aunque no es inédito en Europa, provoca indignación desde su inicio hace tres primaveras. No son pocos los que lo consideran una "venganza" del poder islamista por la pérdida de la gran metrópolis turca, en unas elecciones cuya repetición forzó con polémica, solo para perder por un ganancia decano.
La sentencia por "insultos a altos cargos" -entre ellos, al asesor de comunicación del presidente Recep Tayyip Erdogan, de quien criticó su casa en construcción- aún puede ser recurrida frente a el Tribunal Constitucional. Canan Kaftancioglu ya fue sentenciada en primera instancia a casi diez primaveras, veredicto que fue mantenido en la apelación, pero que ahora el Tribunal Supremo ha disminuido a la medio. Dicha reducción es muy importante, puesto que al permanecer por debajo de los cinco primaveras, Kaftancioglu no deberá ingresar en prisión, al no tener circunstancias. Sin secuestro, su carrera política queda tocada.
Cerco a su promoción
No debería pisar la prisión, al ser una condena inferior a cinco primaveras y no tener circunstancias
Tras asistir al veredicto en Ankara, Kaftancioglu voló a Estambul, donde el presidente de su partido, Kemal Kiliçdaroglu, había convocado una reunión de aprieto de todos los diputados del CHP. Poco antiguamente, la estratega política había colgado un mensaje de vídeo en las redes en el que aseguraba que "respiraremos juntos cuando restauremos el estado de derecho para todos".
Canan Kaftancioglu pertenece al ala izquierda de un partido de amplio espectro, que incluye al nacionalismo laico de centro-derecha. En cualquier caso, tal como demuestran las redes, provoca odio en las bases conservadoras del partido en el poder, por el fondo y por las formas. Kaftancioglu, de cincuenta primaveras, casada y con una hija, se desplaza por Estambul en una moto de gran cilindrada y, huelga opinar que con el madeja -corto- al rumbo.
El año pasado, en el funeral del número dos de su oficina en Estambul, fallecido por covid, no dudó en ponerse al frente de las plegarias, un tabú en el islam suní. Otro miembro del partido tuvo que salir a explicar que en la fe de la minoría aleví la presencia de mujeres en el entierro y en primera fila es totalmente aceptable.
Aunque Kaftancioglu es un soplo de meteorismo fresco en la política turca, en el interior de su propio partido no son pocos los que la ven como demasiado moderna y empujan a auxilio de figuras más centradas, para aumentar las posibilidades de trofeo en una sociedad conservadora como la turca.
Hasta el propio Imamoglu, un constructor políticamente moderado, es manido por parte del partido como menos indicado para competir con Erdogan en las presidenciales del año que viene que su correligionario Mansur Yavas, corregidor de Ankara procedente del ultranacionalista MHP. En cualquier caso, la dura sentencia prácticamente cierra el debate: "Con una condena así no se puede trabajar para el Estado, ni presentarse a las elecciones", concluye el abogado del CHP, Dogan Subasi.
Cerca de señalar que el Tribunal Supremo ha desechado las acusaciones de "propaganda a auxilio de una ordenamiento terrorista" y de "incitación al odio social", pero ha mantenido, con alguna reducción, los cargos por insulto al cabecilla del Estado y a funcionarios públicos.
A la animadversión que sienten por ella las bases islamistas, como mujer que rompe esquemas, se suma la del estado profundo, entre otras cosas por su especialización, como médico forense, en la detección de torturas. Kaftancioglu igualmente fue secreto en la reto por tender puentes con destino a la izquierda kurda, cuyo voto táctico a auxilio de Imamoglu -y de Yavas- fue central para arrebatar las grandes ciudades al Partido de la Neutralidad y el Exposición (AKP) de Erdogan.
Esos puentes, desde entonces, se han deteriorado y, en la alianza de seis partidos de examen recientemente presentada para terminar con los vigésimo primaveras de islamismo en el poder, ya no está el prokurdo HDP.
La sentencia de hoy se suma a las de hace un mes, cuando un tribunal de Estambul condenó a sujeción perpetua "por sedición" al millonario y agitador Osman Kavala -"el hombre de Soros en Turquía", en palabras de Erdogan- y a varios primaveras de prisión a varios miembros de la sociedad civil, "por colaboración".
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