Bongbong Marcos, presidente electo de Filipinas, hijo del dictador Ferdinand Marcos y de su esposa Imelda, parecía predestinado para el cargo presidencial que obtuvo en las elecciones de hace poco más de una semana. Medios críticos con esta dinastía política afirman que Imelda Marcos se habría propuesto desde abriles antes convertir a su hijo en presidente, y que no sería ajena a la campaña en las redes que ha blanqueado la figura de su consorte y ha regalado alas a la candidatura de Bongbong. En cualquier caso, esa predestinación corriente parece venir de más allí. En la residencia de los Marcos, en su feudo de Ilocos Boreal, Bongbong aparecía ya pintado en un fresco de su habitación con corona y volando sobre un fondo de nubes. Lo que morapio tiempo posteriormente –Bongbong fue, por ejemplo, autoridad de Ilocos– no fue sino los prolegómenos para la recuperación del poder presidencial por parte de la clan Marcos. El afán de poder de esta dinastía es claro. El hijo de Bongbong, de 28 abriles, ya es congresista.
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