Como no podía ser de otra modo, Tom Cruise ha revolucionado el festival de Cannes este miércoles, con cientos de admiradores esperando verle de cerca a su aparición al Palacio de festivales, donde esta confusión se proyecta en primicia mundial y fuera de concurso Top Gun: Maverick, su esperada secuela de la mítica Top Gun, película de Tony Scott que le catapultó a una éxito que no ha dejado de crecer hasta la contemporaneidad. Vestido rigurosamente de sombrío, la sino de Hollywood ha ofrecido una clase importante a los cerca de mil periodistas congregados en la sala Debussy, donde ha recibido una calurosa ovación y se le ha rendido tributo por el conjunto de su exitosa carrera coincidiendo con el treinta aniversario de su única aparición en el certamen, cuando morapio a presentar fuera de concurso el filme Un horizonte muy separado, de Ron Howard.
Cruise no ha venido a la Croisette pilotando un helicóptero como hizo en San Diego para el estreno del filme, donde vuelve a meterse en la piel del intrépido aviador Pete 'Maverick' Mitchel, esta vez haciendo de instructor del hijo de su difunto amigo Goose y con Jennifer Connelly de compañera sentimental. El Paraíso de la Croisette lo han surcado ocho aviones de la Patrulla Aérea francesa -un reunión acrobático del ejército-, como colofón al desfile por la alfombrilla roja del actor y el resto del equipo de Top Gun: Maverick.
El delegado genérico del festival, Thierry Frémaux, ha sido el primero en subir al atmósfera para presentar a Cruise como el actor con mejor media de películas buenas a lo generoso de su carrera, "poco nadie realizable de conquistar", y "uno de los pocos comprometidos en monopolio con el cine", en sintonía con la valor del festival de no albergar producciones que no pasen por salas, una afirmación que Cruise ha hecho suya cuando ha sido preguntado si se vio presionado por abrir en alguna plataforma Top Gun Maverick durante la pandemia. La cinta de Joseph Kosinski despegará en España el 26 de mayo.
"Para mi es un serio honor y privilegio estar aquí, en una sala de cine a posteriori de estos dos abriles que hemos pasado. El cine es mi pasión y yo hago películas para que se vean en la gran pantalla, nunca trabajaré para las plataformas", ha sentenciado en presencia de una audiencia entregada que ha celebrado el pase de un vídeo recopilatorio de 15 minutos con sus actuaciones más destacadas en títulos como Rain man, Algunos hombres buenos, El color del billete, Legend, Risky Business, Cocktail, Nacido el 4 de julio, Magnolia, Entrevista con el usurero, la clan Delegación impracticable, Eyes wide shut, o Jerry Maguire. Como curiosidad, en ninguna de las imágenes salía su exesposa Nicole Kidman, con la que trabajó en Días de trueno, Eyes wide shut y Un horizonte muy separado.
El poder de amor que levanta Cruise ha quedado documento a lo generoso de 45 minutos de conversación con el periodista Didier Allouoch en los que ha repasado una dilatada trayectoria que arrancó hace más de cuatro décadas, cuando a los 19 abriles decidió ir a Los Ángeles a probar suerte en una industria que le sedujo desde que tenía cuatro. "De gurí quería ser actor. Crecí viendo películas de Chaplin, Buster Keaton y Harold Lloyd. Tenía la aprieto de residir aventuras y escribía mis propios personajes" ha dicho este apasionado intérprete y productor que nunca fue a una escuela de cine, "pero me formé aprendiendo mucho en los platós".
En 1981, tras un breve papel en la película Apego sin fin, resultó predilecto para ejecutar en Taps, más allá del honor, yuxtapuesto a Sean Penn, Timothy Hutton y el avezado George C. Scott. "Me dije que si podía trabajar en el cine para siempre a posteriori de esa película, intentaría dar lo mejor de mí mismo cada día. Aprendí mucho de esa película. Tuvimos cinco semanas de ensayos y pude apreciar lo importante que es el trabajo de cada sección de producción: maquillaje, vestuario, fotografía....me interesaba conocer cómo trabajaban para poder estudiar". A punto de cumplir unos espléndidos sesenta el 3 de julio, Cruise insiste en que "todavía estoy explorando y aprendiendo. Nunca doy nadie por sentado y ofrezco lo mejor de mi cada día".
Sobre su apego por el aventura, que le ha llevado a protagonizar las escenas de argumento más peligrosas de su personaje Ethan Hunt en Delegación impracticable -la octava entrega está prevista para 2024-, así como a estudiar a pilotar para Top gun, cantar en Rock of ages o divertirse al billar con su admirado Paul Newman en El color del billete, Cruise apunta que sí que siente miedo, pero que se aferra a su inscripción de que todo es posible. "Nadie le preguntaba a Gene Kelly por qué bailaba y cantaba en las películas. Y a mi me gusta hacer las cosas por mí mismo, sorprender continuamente a los espectadores porque hago las películas para ellos. Creo que siempre es mejor intentar hacerlo, aunque fracases, que no llevarlo a extremo". Hasta ahora no le ha ido nadie mal.
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