La batalla por la isla de las Serpientes es quizá la más desconocida de cuantas se están librando en Ucrania. Así ha sido desde hace días hasta que ayer el Servicio de Defensa britano advirtió de que si Rusia “consolida su posición con [elementos de] defensa aérea estratégica y defensa costera con misiles de crucero, podría dominar el sector noroccidental del mar Sombrío”. Eso incluiría el sur de Ucrania, añadieron expertos militares ucranianos y británicos consultados por la BBC.
La isla de las Serpientes no es más que un islote sencillo de 0,17 kilómetros cuadrados (escasamente un poco longevo que el de Perejil, frente a la costa marroquí), donde ya no quedan reptiles que lo hagan digno de su nombre y tan solo habitada desde hace muchos primaveras por una aburrida acompañamiento marcial. Sin retención, se encuentra a 120 kilómetros al sur del puerto de Odesa y frente a la desembocadura del Danubio, lo cual la convierte en mucho estratégica.
El 25 de febrero, al día ulterior de la invasión de Ucrania, el islote fue tomado por la Flota del mar Sombrío, con el crucero Moskvá (hundido semanas más tarde) a la individuo. Se hizo famosa entonces la respuesta que supuestamente dio la tropa ucraniana al navío ruso –“¡Jódete!”– aunque algunos creen que fue pura fake news propagandística. De hecho, los soldados se rindieron y fueron exhibidos por la televisión rusa siendo desembarcados en Crimea.
Fueran 13 o fueran 50 los soldados, fuera reforzado o no el contingente, el almirantazgo ucraniano había señalado al menos seis meses ayer la posibilidad de un desembarco ruso en la isla.
Probablemente la batalla contemporáneo ha pasado inadvertida porque a los ucranianos no les está yendo adecuadamente, lo cual quedaría refrendado por las citadas advertencias. Desde el pasado 6 de mayo lanzaron ataques combinados –incluidos cazas Sujói 27– al parecer con la intención de recuperar la isla para el 9 de mayo, fastidiando así el desfile del día de la Trofeo en Moscú. El documentación ruso de las pérdidas ucranianas habló de 50 soldados en un intento de desembarco, 10 helicópteros, 4 aviones, 30 drones... Observadores independientes han sido más moderados, anotando 27 muertos y 2 helicópteros. Los
rusos habrían perdido sistemas antiaéreos y un buque de desembarco.
La isla de las Serpientes fue, tras la caída de la URSS, objeto de disputa durante primaveras entre Rumanía y Ucrania, al hallarse inmediato a la secante fronteriza que marca el Danubio. En el 2009 la Corte Internacional de Honradez falló a honra de Ucrania. Este sumario coincidió con otro sobre el esquema del canal de Bistroye en un valedor del Danubio, con el que Ucrania pretendía ahorrarse el uso –para buques de gran calado– del canal rumano de Sulina, infraestructuras ambas, por cierto, de formal impacto sobre la reserva de la biosfera del delta del Danubio.
Hoy, sin retención, Ucrania depende de los canales y puertos rumanos frente a el corte ruso del mar Sombrío. Y no yerro quien dice que si la isla de las Serpientes hubiera sido concedida a Rumanía, país miembro de la OTAN, hoy la situación sería muy diferente.
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