* El autor forma parte de la comunidad de lectores de La Vanguardia
Decido escoger la compañía de Karl Popper y Pedro Laín Entralgo. Han acudido a mis manos, unos bellos libros de estos filósofos. Es bueno recapacitar a los clásicos, los que apuntalaron nuestro enterarse, los creadores de códigos morales que atraviesan los siglos y que flotan en la historia. Las verdades son amigas del tiempo.
Karl Popper (1902 - 1994), el eco de Sócrates, es un filósofo austríaco fascinante, quizá el extremo representante de la raza de los filósofos nacida en Grecia hace 2.500 primaveras, secreto de nuestra civilización occidental, como son Heráclito, Sócrates, Demócrito, Platón, Aristóteles, Epicuro... los que resurgieron en el Renacimiento florentino con Marsilio Ficino y los que empujaron la Ilustración.
Popper aprendió de Sócrates que la prudencia consistía en el conocimiento de nuestras limitaciones y en el conocimiento de nuestra ignorancia.
Karl Popper, en 1980.
A nivel educativo decía que no debemos imponer cero al sujeto sino ayudarle a sacar lo mejor que cada uno tiene en el interior de si mismo. Por este motivo, Popper intentó alcanzar la honradez intelectual y denunciar la traición de los intelectuales que camuflan la falsedad en una maraña de palabras vacías.
Solo toleraba las modas en la medida en que pasan pronto, son efímeras: "Cuando nuestro enterarse no nos presta el servicio de resistir los embates de la efectividad de las cosas, es pura cacharrería, mera superstición".
Al flanco de Popper, un vademécum del perito y amigo Pedro Laín Entralgo (1908 - 2001), La curación por la palabra en la decrepitud clásica. Un aragonés ilustrado, presidente de la Efectivo Sociedad Española, apaño de la filosofía griega, cuando nos recordaba el código ético que aconsejaba a los médicos y a los intelectuales:
"Dignidad honrado. Ser "persona andante" por el mundo. Un camino justo en dirección a la integridad del enterarse. Claridad intelectual, metodología y objetivos en el gimnasia de la profesión. Arbitrio de la mente con partida de dogmas. Opción a la originalidad. El discente debe ir más allá de los maestros".
Pecho de Solón.
A los griegos debemos cero menos que el origen del vademécum. Era en tiempos de Solón, quien creó la primera constitución ética y humanitaria en el Mediterráneo en el año 600 antiguamente de Cristo.
En tiempos de Solón. Pisístrato tuvo una intuición. En presencia de el éxito de las lecturas públicas de la obra de Homero, hizo que se copiara su obra muchas veces en papiro procedente de Egipto.
Aquí nace la idea de imprimir, de difundir lo escrito, de sembrar en el derrota y, como decía Decano Zaragoza, de trastornar en "intangibles de futuro".
Ética, humanidad, civilización, libros. Atenas aportó el arte, la humanidades, la filosofía, la ciencia y la medicina. Popper y Laín nos lo recuerdan.
Aquí y ahora error una regeneración o un Renacimiento. Tiene que conmover. Los clásicos abren las páginas de sus libros a quien desee leerlas. Buena primavera, que está finalizando.
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