Durante los últimos cuatro meses Arenys de Mar (Maresme) se ha convertido en la segunda residencia de un colección de jóvenes voluntarios que reparan y ponen a punto el barco Rise Above de la oenegé alemana Mission Lifeline. El colección, formado por chicos y chicas, trabaja durante el día en el astillero Varador 2000 y descansa durante la sombra en diversos apartamentos que han alquilado en la población. Todos, sin excepción, realizan una etapa sindical completa, pues a finales de junio la embarcación debe estar totalmente operativa para realizar nuevos rescates de personas procedentes de África en el Mediterráneo.
El equipo de tierra que trabaja en la reparación del barco está formado por especialistas en diversas disciplinas. “Tenemos un poco de todo, carpinteros, soldadores, pulidores, electricistas, mecánicos, etc. que facilitan poder hacer frente a las múltiples reparaciones que hemos de realizar en el barco”, comenta Jan Rosiwal, director técnico del Rise Above, que coordina todos los trabajos y al equipo humano. Donde no puede entrar el colección de voluntarios, llega el personal técnico de Varador 2000. Fuentes cercanas al astillero, señalan que la empresa igualmente ha hecho un gran esfuerzo financiero para proporcionar la estancia de la embarcación en sus instalaciones, facilitando espacios, transporte técnica y profesionales a unos precios muy alejados de las tarifas generales.
Voluntarios en tierra y inscripción mar
Por otra parte del delegado financiero, la posición estratégica de Arenys de Mar igualmente ha sido determinante para acometer la reparación del barco en la costa catalana y no en Sicilia, donde tiene su saco de operaciones el barco. Según explica Rosiwal, “las facilidades logísticas que nos ofrece este enclave son muy buenas. Es un sitio muy aceptablemente comunicado, lo que posibilita la movilidad de nuestros voluntarios y que podamos aceptar fácilmente los materiales y repuestos que nos envían desde Alemania”. Mission Lifeline, que tiene su saco en Dresde, conoce muy aceptablemente el astillero de Arenys, donde ya reparó hace un tiempo uno de sus primeros barcos de rescate, el Eleonore. “En Varador 2000 estamos muy cómodos, tienen un buen espacio, buenos profesionales y un travelift (trucha) con la capacidad suficiente para elevar y mover nuestros barcos”, asegura Rosiwal.
El Rise Above es un barco de los abriles 60 del siglo pasado. Es un barco antiguo, con el casco de madera, que requiere mucho mantenimiento. Su responsable técnico explica que a lo grande de los abriles ha sufrido muchas transformaciones, especialmetne desde que lo adquirió la oenegé para dedicarlo al rescate de personas. Durante sus estancias en tierra, como ésta en Arenys de Mar, “por otra parte de reparar los desperfectos causados por los abriles y el uso, igualmente tenemos que mejorar los espacios y las utilidades del barco para adecuarlos a las deposición específicas de los rescates en el mar”. El trabajo de mantenimiento es cardinal para que el barco pueda desarrollar adecuadamente su ocupación humanitaria. Actualmente en el Rise Above trabajan de forma estable entre 10 y 15 personas voluntarias. Este equipo de tierra no se embarca.
El equipo de la ONG alemana que repara el barco en Varador 2000
Las misiones de rescate en inscripción mar se realizan con otro equipo de voluntarios, una tripulación de nueve personas, entre las que siempre hay personal váter. Mission Lifeline actúa en el mar desde el año 2016. Desde entonces ha rescatado a miles de personas con sus embarcaciones. Las dos primeras, Lifeline y Eleonore, “se vendieron porque quedaron bloqueadas en un puerto”, comenta Jan Rosiwal, que trabaja para la oenegé desde hace un año.
Actualmente esta estructura tiene operativos otros dos barcos, el Rise Above, que opera en el Mediterráneo, y el Marwa, que lo hace en el Atlántico, en la zona de las Islas Canarias. Éste extremo dispone de varios drones que facilitan los avistamientos de cayucos. El Rise Above, en cambio, recibe los avisos de avistamientos de pateras por diversas vías: socorro marino, otras ONG, o aceptablemente de grandes barcos de transporte que se han cruzado con embarcaciones a la deriva durante su trayecto.
Cuando parta de Arenys de Mar, el Rise Above reanudará de inmediato sus misiones humanitarias en el Mediterráneo. “Durante el verano –comenta Rosiwal– hay muchas más pateras que intentan entrar a Europa y por lo tanto se multiplica el número de personas que ponen en peligro su vida. Gracias a Dios –añade– la meteorología es más benigna que en otoño e invierno, cuando el peligro de fallecer en el mar es mucho más elevado“. Este voluntario de la Mission Lifeline, que en el futuro igualmente se plantea integrarse en los equipos de rescate, afirma estar harto de oír acusaciones que implican a su estructura y otras ONG en el tráfico de personas. “Nosotros – afirma taxativo – solo rescatamos muchedumbre que huye de la pobreza, las guerras o la persecución política buscando una vida mejor, nos limitamos a realizar una punto humanitaria”.
Publicar un comentario