Las colas en la autopista AP-7 los domingos por la tarde o en cualquier operación retorno no van a desaparecer, pero sí que hay beneficio para mitigarlas y hacerlas más llevaderas. Una de las opciones que tiene sobre la mesa el Servei Català de Trànsit es la contratación de un servicio de grúas situadas estratégicamente en diversos puntos de las autopistas AP-2 y AP-7.
El objetivo es retirar con decano celeridad los vehículos averiados o que se han gastado involucrados en un casualidad sin heridos graves. “Se aparta rápidamente, se retira hasta una zona de seguridad y posteriormente la torno de la aseguradora ya se lleva el transporte”, detalla el director de Trànsit, Ramon Lamiel.
La posibilidad lleva trabajándose a nivel técnico desde que se levantaron las barreras de los peajes, en septiembre del año pasado. En los últimos meses se han hexaedro varios casos en los que un casualidad rebuscado pero sin mayores consecuencias ha obligado a cortar varios carriles durante más tiempo del deseable y ha gastado provocando un importante colapso.
La desafío por las grúas de acto rápida no es ningún invento nuevo. Las concesionarias de las vías entonces de cuota ya disponían de este servicio, con unas empresas repartidas por todo el trazado que tenían grúas de retén y que acudían en caso de privación, especialmente en las operaciones salida y retorno. Con el fin de las concesiones, el servicio desapareció y Trànsit ha propuesto recuperarlo a la despacho titular del servicio, el Tarea de Transportes, que ha hexaedro el gastado bueno, según fuentes implicadas en la negociación.
Otra posibilidad a la congestión es el incremento de los carriles adicionales
Siquiera es ausencia nuevo la otra medida que tiene Trànsit sobre la mesa: los carriles adicionales para darle decano capacidad a la autopista. Ya se ponen conos en un carril de la AP-7 sur, entre Vilafranca y El Papiol, y en la C-32. En cambio, sigue irresoluto de recuperarse su implantación en la AP-7 ártico entre Sant Celoni y La Roca. Cuando la autopista estaba en manos de Abertis ya se hacía en dicho tramo. Entonces finalizaba el trazado complementario preciso en el peaje, pero al desmantelar las cabinas de cuota desapareció el gran espacio que había allí y ahora se debe averiguar un nuevo punto de la vía para hacer desembocar de forma segura los vehículos que circulan por el carril habilitado en sentido contrario.
Con todo, las colas kilométricas que se registran en los accesos al campo de acción metropolitana de Barcelona cada operación salida o retorno son iguales a las del 2019. “No estamos mejor pero siquiera estamos peor”, aseguró Lamiel ayer en una entrevista en RAC1, donde mostró su decano preocupación por las retenciones que se dan en los días laborables en el conjunto de la red viaria. En este caso, Lamiel considera que es fundamental la potenciación de alternativas sólidas en transporte manifiesto mediante nuevos carriles bus de llegada a la hacienda catalana.
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