Un cargador para todos los móviles

El Parlamento Europeo ha suficiente un acuerdo provisional que obliga a las empresas tecnológicas a fraguar todos sus productos electrónicos con el mismo puerto de carga USB-C. En la maña, eso significa que todos los móviles, tabletas y ordenadores utilizarán el mismo tipo de cargador.

La legislatura empezará a aplicarse a finales de 2024, cuando todos los smartphones, tabletas, altavoces inteligentes, videoconsolas o auriculares inalámbricos que se vendan en la Unión Europea deberán fabricarse con puerto USB-C. En el caso de los ordenadores portátiles, los fabricantes tendrán un poco más de ganancia para adaptarse: hasta finales de 2028.

El objetivo de esta ley es aminorar la cantidad de residuos tecnológicos que generamos cada vez que cambiamos de móvil o compramos nuevos dispositivos, cada uno con su propio cargador y muchas veces incompatibles entre ellos. Esto hace que acabemos acumulando cables y adaptadores.

Cuando la nueva ley entre en vigor, los usuarios podrán lanzarse si quieren comprar el móvil con o sin cargador, puesto que podrán reutilizar los cargadores de otros aparatos que ya tengan en casa.

Sin confiscación, la nueva legislatura todavía ha topado con competición interiormente del sector tecnológico. Apple, uno de los fabricantes electrónicos más importantes del mundo, se ha mostrado contrario a la propuesta europea porque supone modificar el diseño de los iPhone, uno de sus productos fortuna.

En la hogaño hay más de 1.200 millones de teléfonos iPhone en funcionamiento, y el año pasado se vendieron más de 240 millones de unidades en todo el mundo. Cambiar el puerto USB tendría un gran impacto en el producto, por eso Apple y otras compañías tecnológicas crean lobbies para presionar a las instituciones y conseguir leyes que les favorezcan.

Los cargadores que no se utilizan o se tiran a la basura suponen 11.000 toneladas de residuos cada año, según datos de la Unión Europea. En ese sentido, la nueva legislatura europea promueve la reutilización de componentes electrónicos y el parquedad en los 27 países miembro de la Unión Europea.

Residuos tecnológicos

Los residuos eléctricos o electrónicos, todavía conocidos como e-waste, crecen cada año. En todo el mundo se generan más de 50 millones de toneladas de estos desechos anualmente y solo se recicla una villa parte, según datos de las Naciones Unidas.

Los residuos eléctricos incluyen electrodomésticos grandes, como lavadoras o estufas, pero todavía electrodomésticos pequeños, dispositivos informáticos, móviles o incluso placas fotovoltaicas. Son difíciles de tratar y reciclar porque tienen muchos componentes y hacen errata tratamientos específicos para reaprovechar los materiales.

En Europa se reciclan menos del 40% de estos residuos, mientras que el resto se abandona en vertederos sin clasificar. La tasa de reciclaje varía mucho de un país a otro: Croacia recicla más del 80% de estos materiales, mientras que en Malta la tasa se reduce al 20%.

Porcentaje de residuos electrónicos recogidos en la Unión Europea.

Porcentaje de residuos electrónicos recogidos en la Unión Europea.

UE

El valía anual de la basura electrónica alcanza los 62.500 millones de dólares, una cantidad mucho más egregio que el PIB de muchos países. Si los países tuvieran los posibles e instalaciones para mudar y reciclar estos desechos, podrían obtener grandes beneficios económicos.

Residuos, desigualdad y pobreza

La viejo parte de los residuos eléctricos (hasta el 80%) acaban abandonados en descampados o reciclados de guisa informal: este proceso puede resultar peligroso y expone a los trabajadores a sustancias nocivas o cancerosas, como el mercurio, el plomo o el cadmio.

Si no se tratan en condiciones, estos materiales todavía pueden filtrarse en el suelo y contaminar la tierra y los acuíferos subterráneos, poniendo en aventura las fuentes de agua potable y los alimentos cultivados.

En ese sentido, las Naciones Unidas trabajan con gobiernos de todo el mundo para promover la capital circular, invirtiendo en instalaciones y formación. Así, miles de personas que trabajan de guisa informal reciclando aparatos electrónicos pueden convertir esta actividad en una fuente de ingresos estable y contribuir a la conservación del medio animación.

Por postrer, la vivientes de residuos electrónicos todavía es un refleja de la desigualdad en el mundo. Asia es el continente que produce más residuos de este tipo: 25 millones de toneladas en 2019, según el documentación Entero E-Waste Maestro.

Sin confiscación, eso se debe a que todavía es el continente más poblado (más de la medio de los habitantes del planeta viven en países asiáticos). Si nos fijamos en la producción de residuos per cápita, las regiones más ricas son todavía las más contaminantes: Europa (16,2 kg por persona), Oceanía (16,1 kg) y América (13 kg).

Obsolescencia programada

La obsolescencia programada es cuando la vida útil de un producto está limitada por defecto desde el momento en que se fabrica. Los fabricantes de electrodomésticos y dispositivos electrónicos los programan para que fallen al lado de un tiempo y dejen de funcionar. De este modo, los consumidores tenemos que seguir comprando.

Esta maña está relacionada con el maniquí consumista de hoy en día: la publicidad y las empresas nos invitan a comprar productos nuevos constantemente. La obsolescencia se extiende a otras industrias como la moda: la ‘fast fashion’ o “moda rápida” hace que compremos ropa de desestimación calidad para renovar el armario todo el tiempo.

¿Cómo podemos evitarlo? Infórmate sobre qué marcas están mejor valoradas por los consumidores, cuáles son más respetuosas con el medio animación y qué productos han sacado mejor nota a los controles de calidad. ¡Y sobre todo, consume con conciencia!

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