Un viaje hacia el futuro: ¿cómo serán las carreteras del mañana?

Hoy, conducir por España es mucho más cómodo y seguro que hace décadas. En ello tiene mucho que ver el aumento del número de kilómetros de autovías y la alivio tanto del trazado como del firme de las carreteras, capaces hoy de drenar la precipitación o resistir mejor el calor. 

El sucesivo paso en su proceso vendrá de la mano de las nuevas tecnologías, que nos permitirán consentir a toda la información sobre las carreteras en tiempo verdadero, reutilizar los asfaltos sobre los que circulamos o suministrar energía más sostenible para los vehículos.

undefined

 

Alrededor de las carreteras inteligentes

Uno de los factores que más va a contribuir a la alivio de las carreteras es, sin duda, el despliegue de nuevas tecnologías como el 5G, la inteligencia sintético o el big data, que interiormente de poco tiempo -si no lo están haciendo ya- van a formar parte activa de nuestros viajes. El nombre con el que se las conoce lo dice todo: carreteras inteligentes.

En solo unos primaveras, las vías estarán conectadas con nuestros vehículos, de modo que estos recibirán información en sus sistemas de navegación sobre cualquier eventualidad en los trayectos que tienen previsto recorrer. Contarán, encima, con sensores instalados en el propio pavimento, que informarán sobre la situación del tráfico e incluso serán capaces de detectar posibles daños estructurales en las carreteras y reportarlos a los gestores de la vía para impulsar las labores de mantenimiento.

Pavimentos autorreparables

En la contemporaneidad, más de 30 millones de vehículos circulan cada año por los más de 165.000 kilómetros de la red doméstico de carreteras, lo que implica un considerable desgaste del asfalto y obliga a las administraciones a obligarse abundantes fortuna a su mantenimiento.

Por ello, la prioridad para los próximos primaveras es dilatar la vida útil del asfalto e incluso crear pavimentos capaces de autorrepararse, como ocurre con una alternativa desarrollada conjuntamente por Repsol y Acciona. La mezcla con la que trabajan hace que el asfalto prácticamente “cicatrice” solo, gracias a la incorporación de agentes rejuvenecedores, que se liberan cuando se produce una pequeña hendidura. Otro de sus desarrollos tecnológicos permite incluso reutilizar firmes ya deteriorados por el paso constante de vehículos y las inclemencias climáticas para tramar nuevas mezclas, lo que ayudará a resumir la cantidad de asfaltos que acaba en los vertederos.

Otra opción que se plantea es el uso de un material 200 veces más resistente que el puñal y que, a la vez, resulta más versátil que el aluminio: el grafeno. A finales del pasado año, el gobierno del Reino Unido anunció que se utilizaría este componente como prueba en un tramo de la carretera A1 del país. Gracias a sus características, las carreteras permitirán una conducción más suave y segura al tiempo que se prolongará su vida útil.

Alrededor de una movilidad más sostenible

En solo unos primaveras, por nuestras carreteras circularán coches y camiones movidos por diversas fuentes de energía más sostenibles, como los biocombustibles, los combustibles sintéticos, el hidrógeno o la electricidad. Cada una de estas soluciones energéticas son complementarias, el uso de una u otra va a pender de las micción de movilidad del sucesor, por ejemplo, la distancia que va a recorrer.

Los biocombustibles (aquellos producidos a partir de materias primas de origen biológico) y los combustibles sintéticos o e-fuels (los que se fabrican a partir de CO2 retirado de la entorno e hidrógeno renovable) “son una alternativa verdadero y arreglado para resumir las emisiones de forma inmediata, que van a resultar esenciales para descarbonizar todos los sectores del transporte, en singular aquellos que necesitan recorrer grandes distancias” explica Miguel Garbo García Carreño, administrador de Exposición de Procesos de Repsol Technology Lab. Y añade, “su composición química es muy parecida a la de los combustibles convencionales, así que son totalmente compatibles con los vehículos actuales con motores de combustión, lo que evita tener que desarrollar nuevas tecnologías para los vehículos y permite usar la amplia red de infraestructuras de distribución y repostaje ya existente”.

Los coches interconectados para cobrar información sobre las carreteras, los asfaltos autorreparables o los puntos de recarga ultrarrápida formarán parte del paisaje de las carreteras en solo unos primaveras

En el caso de los coches eléctricos, en los próximos primaveras será necesario desplegar una amplia red de puntos de recarga, con criterios de capilaridad y en emplazamientos estratégicos, que permita a los conductores recargar sus baterías en unos tiempos que se parezcan lo mayor posible a los de repostaje de los combustibles tradicionales, como la que Repsol inauguró a principios de año en la A-1 a su paso por Venturada, en la Comunidad de Madrid, que cuenta con cuatro puntos de recarga de 350 kW cada uno, y donde un transporte eléctrico puede recargar su escuadra en un tiempo estimado de entre cinco y diez minutos.

Punto de recarga ultrarrápida para vehículos eléctricos en Venturada (Madrid)

Punto de recarga ultrarrápida para vehículos eléctricos en Venturada (Madrid)

REPSOL

Al mismo tiempo que se expande la red de puntos de recarga, el sector trabaja en el ampliación de soluciones innovadoras, como la citación tecnología de inducción electromagnética. Se comercio de relegar cables bajo el asfalto que generan fuertes campos electromagnéticos. Estos serán recibidos por un componente de los vehículos que los convertirá en energía eléctrica.

Esta tecnología lleva tiempo siendo testada en Europa. Ejemplo de ello es la propuesta sueca, eRoadArlanda, que trabaja desde hace unos primaveras en la conversión de las carreteras en fuentes de provisiones de energía para vehículos eléctricos, concretamente un tramo de dos kilómetros entre el aeropuerto Arlanda y Estocolmo. Otro tesina es el llamado “Elisa”, liderado por Siemens en Alemania, que permite a una red de camiones híbridos conectarse a una serie de catenaria colocada en la autopista, para poder extraer energía eléctrica y cargar las baterías que los propulsan.

No junto a duda: el alucinación en torno a el futuro de las carreteras hace tiempo que ha comenzado. Todos estos proyectos confirman que la prioridad para los próximos primaveras será crear carreteras más amables con el entorno y adaptadas a las micción de conductores y peatones. Y es que, a la hora de diseñarlas, ya no solo se piensa en el transporte: la sostenibilidad ambiental juega un papel esencia. ¿El objetivo? Conquistar mejor calidad de vida de las personas.

Post a Comment

Artículo Anterior Artículo Siguiente