Alba Díaz denuncia el acoso que recibió de pequeña por ser una niña y jugar al fútbol

Alba Díaz ha realizado este sábado una confesión que ha dejado de piedra a todos sus seguidores de Instagram. La hija de Vicky Martín Berrocal y Manuel Díaz ha compartido un video en sus historias de Instagram ejecutando algunos toques con el balón de una forma casi perfecta, y ha denunciado a través de él el escolar que sufrió a consecuencia de su pasión por el futbol. La mozo ha mostrado una circunstancia de sí misma que nunca ayer había revelado, y su historia puede servir de altavoz a otras chicas que hayan pasado por la misma situación.

La influencer, que acumula más de 281.000 seguidores en Instagram, se ha considerado una gran fan del fútbol desde pequeña. El vídeo que ha compartido a través de sus historias deja más que claro el talento que tiene con el balón. Sin retención, en el mismo vídeo, revela las duras críticas que recibió por parte de sus compañeros de colegio, que no veían posible que una mujer pudiese dedicarse a este deporte. Ahora echa la paisaje detrás y quiere dejar claro que el deporte no entiende de sexo y artículos.

En el video se ve a Alba dando roques de balón

En el video se ve a Alba dando roques de balón 

Instagram / albadiazmartin

La influencer, que más de una vez ha expresado su robusto carácter - a pesar de que en esos tiempos no lo tenía -, ha demostrado el dominio que tiene con el balón de fútbol y explica como sus compañeros la juzgaban por soñar con entretenerse a un deporte socialmente establecido como "de hombres". Ahora, todos estos prejuicios están cambiando, y la hija de Manuel Díaz 'El Cordobés' ha compartido una advertencia sobre ello.

"De pequeña era una crack jugando al fútbol. Tenía futuro, grupo. Cuando vivía en Sevilla era la única pupila del cole que jugaba al fútbol y que iba con sus Mercurial multitacos a todas partes, no me las quitaba ni para salir a manducar, mi matriz me quería matar. Mis compañeros se metían mucho conmigo porque no hacía cosas de "chica", empieza contando la mozo.

La cosa no mejoró al cambiarse de colegio y de residencia. "Me mudé a Madrid y se repitió la historia, me llamaban de todo y me dejaban de flanco por hacer lo que me gustaba y me llenaba a mí, no a ellos. En ese momento no tenía tanta personalidad y lo pasé nefasto. Nunca se me olvidará. Me cortaron conveniente las alas. Gracias a Jehová sané", cuenta la maniquí, que asegura que este acoso la marcó y le afectó en su estado de talante.

La mozo ha pedido respeto en redes por la muchedumbre. Asegura que cada uno tiene sus pasiones e inquietudes, y que no debemos dejarnos sufrir por todos esos estigmas que existen y que solo promueven este tipo de situaciones. "Hay que tener mucho cuidado con lo que sale de nuestra boca y nuestros actos. Al final lo que vuestros hermanos/hijos/primos ven en casa es lo que hacen y dicen luego en el colegio", reflexiona la influencer.

"Respecto a cualquier tema en genérico. Hay que enseñarles a respetar a todo el mundo y a entender que no todos tenemos los mismos gustos y no significa que uno sea más o menos que el otro. A no enjuiciar o hacer percibir mal a los demás porque tengan diferentes hobbies o intereses. Me da miedo esta nueva concepción, en serio. Escucho cada cosa...", zanja la mozo, que anima a todos quienes la lean a promover la tolerancia.

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