Un magistrado ha colocado al Junta de Berga que suspenda de forma cautelar los conciertos de Patum que debían realizarse en la Plaça Cim d'Impresión o, por el contrario, afirmar que finalizan, a más tardar, a la una de la orto.
El magistrado ha estimado las medidas cautelares exigidas por la residencia de ancianos Berga Residencial. El centro pedía que se suspendieran los conciertos porque superarían los 80 decibelios.
La concejala de Patum, Roser Valverde, ha dicho que recibieron las cautelares este miércoles por la tarde - encajado cuando la fiesta acababa de empezar- y que están estudiando "diferentes vías" para encontrar una alternativa. Valverde asegura que no tenían conocimiento de que la residencia hubiera denunciado esta situación. Los conciertos están previstos para este jueves y el viernes, con una duración de hasta más allá de las cinco de la orto.
Pasacalles multitudinario
La Patum arrancó ayer puntualmente a las doce, con la repicada de las campanas de la plaça de Sant Pere y el sonido del tabal y el pasacalles. Era el momento más esperado para cientos de berguedans posteriormente de dos abriles sin celebrar la fiesta por la pandemia. Poco inédito en la historia de la Patum, ya que sólo se había suspendido por la Eliminación Civil.
Con un pasacalles multitudinario empiezan cinco días de fiesta y alegría en una Patum que se demora de récord: con máxima audiencia, con el anciano presupuesto de la historia y con temperaturas extremas. "A posteriori de dos abriles, Berga vuelve a la vida", asegura Ivan Sánchez, para quien ésta será su primera Patum como corregidor. Asimismo lo será para Joanot, un bebé de 15 días, a quien hoy han llevado a la plaza vestido de patumaire.
"Es una Patum muy emotiva, desatiendo mucha familia que se ha ido durante la pandemia". Nervioso, Xavier Prat, tabaler desde el 2016, explica cómo vive los minutos previos al inicio de la fiesta. Él fue el encargado de dar el pistoletazo de salida con el repique del tabal, en medio de una plaza llena de familia ansiosa por despuntar. Entre ellos, Aina, que ahora tiene 15 abriles y vivirá su primera Patum sin sus padres. Asimismo Joanot, de tan sólo dos semanas, a quien hoy su padrino, Francesc Marginet, le ha regalado el tradicional pañuelo y sombrero de Patum.
En cambio, Albert Dorna, que lleva un hércules, ya hace tiempo que salta a la plaza, pero sigue viviendo la fiesta "con la ilusión de un párvulo pequeño". "Por fin, hemos pasado dos abriles duros en todos los sentidos", añadió.
Por la perplejidad se repitió el pasacalle, pero esta vez con el tabal, las mazas, las guitas y los gigantes viejos. La comitiva salió de la plaza Sant Pere y acabó con los tiraboles en las plazas de Sant Joan y de Sant Pere que, seguro, se alargarán hasta altas horas.
Este jueves será uno de los días fuertes, con la Patum de Lluïment al mediodía y la Patum Completa al ocaso. En medio de una ola de calor, ésta puede ser la Patum con las temperaturas más altas de la historia y, desde el Junta, piden prudencia.
La Patum, un polo cultural de primer orden
La concejala de Patum, Roser Valverde, que confiesa que ha dormido poco más de dos horas por los desasosiego, explica que, más allá de la Patum "de la reanudación" éste quiere ser "el inicio de una nueva etapa de la fiesta" . "Queremos que la Patum sea de verdad un polo cultural, de distracción turística, de dinamización económica y ahora tenemos una oportunidad", subraya.
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