Boicots y abucheos, el medio ambiente en la cumbre del G20 está caldeado. El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, evitó gran parte de las sesiones del viernes por la tarde con los ministros de Relaciones Exteriores de las vigésimo potencias del mundo, posteriormente de que un gran número de representantes de naciones occidentales condenaran la invasión de Ucrania por parte de Moscú.
El patriarca de la diplomacia rusa abandonó la sala donde se celebra el aproximación de Bali tras hacer sus propios comentarios, según dijo a los periodistas al patriarca de la política exógeno de la Unión Europea, Josep Borrell. De acuerdo con su relato, Lavrov habló y no esperó a escuchar otros comentarios, en una conducta que el político gachupin calificó de "poco respetuosa". Poco antiguamente, Lavrov había reprendido a los países occidentales por lo que describió como "críticas frenéticas" contra Rusia.
Boicots y abucheos
El medio ambiente en la cumbre del G20 está caldeado
Lavrov denunció el enfoque de los países occidentales de utilizar la arena del G20 para cualquier cosa que no sea un foro para discutir los principales problemas mundiales. "Nuestros socios occidentales intentaron evitar charlar de temas económicos globales. Tan pronto como hablaron, casi de inmediato se lanzaron a una frenética crítica a Rusia por la situación en Ucrania, llamándonos agresores", lamentó.
La cumbre de Bali supone la primera vez que Lavrov y su homólogo estadounidense, el secretario de Estado Antony Blinken, se ven personalmente desde la invasión rusa de Ucrania en febrero. "Lo que ya hemos escuchado hoy es un gran coro de todo el mundo, no solo de Estados Unidos para (...) que cesen las agresiones (rusas)", señaló a los periodistas Antony Blinken.
Indonesia, que lucha por suministrar una posición de neutralidad como país hospedador del G20, pidió ya en la comprensión el fin del conflicto, subrayando sus graves consecuencias en todo el mundo. "Es nuestra responsabilidad poner fin a la lucha lo antiguamente posible y resolver nuestras diferencias en la mesa de negociaciones, no en el campo de batalla", afirmó el ministro de Relaciones Exteriores de Indonesia, Retno Marsudi, en presencia de Lavrov. El propósito de la lucha "se está sintiendo en todo el mundo, en los alimentos, la energía y los presupuestos", subrayó. "Y como siempre, los países pobres y en avance son los más afectados", prosiguió.
La paciencia de Lavrov duró hasta que su homóloga alemana, Annalena Baerbock, igualmente se sumó a las críticas contra Moscú por la lucha, dicen fuentes diplomáticas. El ministro de Exteriores ruso no solo fue criticado por parte de sus homólogos, sino que igualmente fue abucheado al ascender a la cumbre. Algunos periodistas le preguntaron: "¿Por qué habéis empezado la lucha? ¿Cuándo vais a detener esta lucha?".
Lavrov, por su parte, se quejó de que fueron sus colegas del G7 los que boicotearon el aproximación cuando no acudieron a la cena de bienvenida ofrecida anoche en la isla de Bali por las autoridades indonesias, y criticó este viernes en rueda de prensa, la guisa en que éstos "entienden la cortesía y las normas de epíteto".
El ministro japonés de Exteriores, Yoshimasa Hayashi, no asistió a la cena, ya que "la comunidad internacional considera que la relación con Rusia ya no puede retornar a ser como antiguamente de la invasión de Rusia a Ucrania", señaló desde Tokio el viceportavoz del Gobierno japonés, Seiji Kihara.
La audiencia del canciller ruso a la reunión de ministros de Exteriores del G20 en Bali se ha convertido en una presencia incómoda, aunque ciertos países como Alemania aseguraron que no boicotearían la reunión.
Lavrov recalcó en una rueda de prensa de este viernes que él fue invitado a la reunión de ministros de Exteriores del G20 por Indonesia, "como Indonesia igualmente ha invitado al presidente (de Rusia, Vladímir) Putin a la cumbre que se celebrará en noviembre".
Lavrov igualmente estuvo desprovisto de una sesión en la que el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, habló y en la que Blinken condenó a Rusia. El ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, le pidió que "recuerde a las 344 familias que perdieron a sus hijos escuchando las mentiras rusas". "El ministro del país responsable de sus muertes está en presencia de ustedes hoy para compartir sus pensamientos sobre cómo Rusia ve la cooperación en nuestro mundo globalizado", continuó.
El patriarca de exteriores de EE.UU. se había obtuso a reunirse por separado con su homólogo ruso, y denunció la responsabilidad de Rusia en las crisis alimentaria y energética mundial, pidiendo a Moscú que autorice la salida de cereales de Ucrania. En respuesta, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia dijo que "no correrá" detrás de Washington para las negociaciones.
Antony Blinken
El patriarca de exteriores de EE.UU. se negó a reunirse por separado con su homólogo ruso
Antony Blinken se había reunido previamente con los ministros de Francia y Alemania y con un representante inglés para discutir esta lucha "injustificable y no provocada", dijo el Sección de Estado en un comunicado.
Estados Unidos, apoyado por algunos de sus aliados occidentales, había pedido que Rusia fuera excluida de los foros internacionales. Pero Indonesia, preocupada por su neutralidad, confirmó su invitación al Ministro de Relaciones Exteriores de Rusia y igualmente invitó a su homólogo ucraniano.
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