* La autora forma parte de la comunidad de lectores de La Vanguardia
Ya estamos en primavera, un estallido exuberante de colores vivos, tanto de insectos, como estas preciosas mariquitas y estos chinches de las coles apareándose en el huerto del monasterio de Pedralbes de Barcelona.
Pero si hay un rojo intenso característico de esta época del año es sobre todo el de las amapolas. Son todo belleza, vida, como se aprecia en Las Fotos de los Lectores de La Vanguardia.
Los investigadores de MythBusters, un popular software que se emitió en el Discovery Channel, realizaron en 2007 unos experimentos para aprender si en realidad los toros se enfurecen cuando ven el color rojo.
Al parecer son daltónicos y lo que de verdad les molesta es el movimiento de la capa del torero, según a la conclusión a la que llegaron.
Pero, ¿qué pasa con las personas? ¿Existe el sorpresa toro con el color rojo? ¿Tiene de verdad más impacto este color en nuestro cerebro? Un estudio del Instituto Ernst Strüngmann (ESI) de Neurociencia en Cooperación con la Sociedad Max Planck de Alemania desmintió igualmente cualquier mito sobre este tema.
Eso sí, los resultados de esta investigación fueron de utilidad para ayudar a desarrollar prótesis visuales. O, al menos, esa era la idea de este reunión de científicos, que se centraron en el descomposición de la corteza visual temprana, igualmente conocida como V1. Es el campo de acción visual más conspicuo del cerebro y la primera en cobrar información de la retina.
De este modo, cuando esta campo de acción es estimulada por imágenes fuertes y espacialmente homogéneas, surgen ondas cerebrales (oscilaciones) a una frecuencia específica, citación manada gamma (30-80 Hz).
"En comparación con otros tonos, se han informado oscilaciones gamma particularmente fuertes para estímulos rojos", reconoce el estudio, aunque hay algún "pero".
Las personas perciben el color cuando las células fotorreceptoras, llamados conos, se activan en la retina. Responden a los estímulos de luz convirtiéndolos en señales eléctricas, que luego se transmiten al cerebro. Para escudriñar los colores, necesitamos varios tipos de conos.
Según detalla el estudio, cada tipo es particularmente receptivo a un rango específico de longitudes de onda: rojo (conos L), verde (conos M) o azur (conos S). Luego, el cerebro compara la fuerza con la que han reaccionado los respectivos conos y deduce una impresión de color.
Tras el descomposición, los investigadores llegaron a la conclusión que el color rojo, en efectividad, no es particularmente musculoso en términos de la fuerza de las oscilaciones gamma que induce. Más perfectamente, el verde produce oscilaciones gamma igualmente fuertes. Por lo tanto, el llamado sorpresa toro pareciera que quedaría desmentido igualmente en los seres humanos.
Los interesados en participar en Las Fotos de los Lectores tan solo deben escribir un email a la dirección de correo de nuestra sección de Billete (participacion@lavanguardia.es) adjuntando la fotografía, explicando detalles de cómo y dónde fue tomada y aportando los datos del autor para la firma de la imagen. Es importante indicar en el asunto del correo: ´Fotos de los Lectores´.
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