Japón está en shock. Uno de los países con menos víctimas por armas de fuego del mundo (una media de diez al año) vio este viernes cómo un hombre armado con una escopeta ha disparado por la espalda al ex primer ministro Shinzo Abe, que gobernó durante tres mandatos hasta retirarse en 2020 por razones de vitalidad. El político de gran proyección murió horas luego en el hospital. Poco se sabe del tirador, que fue detenido al instante por agentes de seguridad. De momento, la policía le ha sido identificado como Yamagami Tetsuya, un hombre de 41 primaveras en el paro y exmiembro de las Fuerzas Marítimas de Autodefensa (Ejército japonés).
Tetsuya, procedente de la ciudad de Nara, en el oeste de Japón, fue arrestado por intento de homicidio mientras sostenía un armamento con la que habría disparado en dos ocasiones al exmandatario japonés y que, de acuerdo con las imágenes, parecía de elaboración casera. Eran dos tubos unidos con una cinta adhesiva negra. El tirador le dijo a la policía que estaba insatisfecho con Abe y que, por eso, quería matarle.
Según fuentes del Ocupación de Defensa japonés, el supuesto asaltante trabajó en la rama naval de las Fuerzas de Autodefensa, encargadas de la defensa del archipiélago, durante tres primaveras hasta 2005.
El exmandatario japonés quedó gravemente herido tras cobrar dos disparos por la espalda en el torso mientras ofrecía un discurso de campaña para las elecciones parciales en la calle cerca de una etapa de tren en la ciudad de Nara. Murió tras ser tratado varias horas en el hospital. Los mítines electorales suelen celebrarse en Japón en plena calle y con escasas medidas de seguridad, oportuno precisamente al bajo índice de criminalidad.
Y es que el país oriental tiene una de las leyes más estrictas de llegada a las armas de fuego del mundo. Para que los ciudadanos japoneses compren un armamento, deben asistir ayer a una clase que dura todo el día, aprobar un examen escrito y completar una prueba de campo de tiro, con una precisión mínima del 95%. Los candidatos incluso son sometidos a una evaluación de vitalidad mental, realizada en un hospital, y el gobierno hace una demostración exhaustiva de circunstancias. Solo se pueden comprar escopetas y rifles, y las evaluaciones deben repetirse cada tres primaveras.
Si las muertes por bala son difíciles de ver, un ataque contra un personaje notorio con un perfil tan elevado como un ex primer ministro era prácticamente inconcebible en Japón. Airo Hino, un profesor de ciencias políticas en la Universidad de Waseda, señaló a la agencia AP que un tiroteo como el de hoy no tenía precedentes en Japón. "Nunca pasado poco así".
De todos modos, la historia nipona sí que cumplimiento algunos asesinatos de líderes políticos. En 2007, el corregidor de Nagasaki fue asesinado a tiros por un pistolero yakuza; y el patrón del Partido Socialista de Japón fue asesinado durante un discurso en 1960 por un imberbe derechista con una espada corta de samurái.
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