Fran Toro cuenta en “Olivos de cal” (novelística) la cruda y ruda Andalucía de la que emigraron sus padres, al sur de Jaén, para radicarse en Badalona.
La historia personal de cualquier emigrante es extraordinaria y digna de ser novelada, asegura Toro. Y lo que arrancó como hazañas general culminó como crónica colectiva.
Una misma pulsión anima a Fran Toro como historiador, como docente y como novelista: atravesar silencios, vencer el olvido y aliviar el desarraigo. “Los jovenes debieran preguntar a los mayores, y los mayores soltarse y conversar”, sugiere el autor, por el acertadamente de todos.
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