La moda de festival comenzó como una microtendencia. El inmoralidad y la vinculación al movimiento hippie de los festivales de los primaveras 60 promovía para ese proscenio un atuendo creativo, desahogado y libre. No existían códigos o normas de vestimenta para comparecer a un festival. Bueno, una sola: cuanto más extremado y destapado fuera el look mejor.
Las imágenes de archivo de Haight-Ashbury y las primeras ediciones de Woodstock, Isle of Wight o Glastonbury forman ya parte intrínseca de la historia de la moda al retratar el partida de una estética, casi un estilo de vida. Mucho ha cambiado la moda desde entonces.
Colores ácidos
'Lancha cha cha cha'
En estos últimos primaveras, y sobre todo a posteriori de la pandemia y la uniforme dorso de los festivales, se ha diversificado y extremado el look de festival. En California lo evidenció el pasado mes de abril el Coachella, con estilismos más brillantes, de lentejuelas y materiales iridiscentes, combinados con bikinis diminutos y guarniciones de estilo ojival.
En casa, la nueva moda festivalera llegó en junio de la mano del Primavera Sound, al son de Dua Lipa, con pantalones de colores y crop tops brillantes. Vibró con los beats de Tame Impala, con piezas fluidas de estampado psicodélico. Incluso la estética de los 2000 tuvo su homenaje particular entre los seguidores de Bad Gyal. Y es que la moda festivalera es tan heterogénea como las tribus que la componen. Cada apartado tiene su estilo. Cada canción su vestuario consumado.
Look degradado
'When the sun goes down'
Firmas de inscripción grado y de moda de calle son conscientes del sacudida que tiene la moda de festivales y más allá de editar colecciones específicas se convierten en los principales patrocinadores de estos eventos.
Esta temporada, Bershka puesta por prendas fluidas llenas de color y se suma a la obsesión por las piezas de croché, como Juan VG o Urban Outfitters. Las lentejuelas y los tejidos brillantes invaden los escaparates de la mano de Michael Kors, Zara y &Other Stories. La superposición de tejidos, contraste de colores y estampados conquistan los armarios gracias a las propuestas de Concepción Miranda o Laura Mir. Y en los pies, para retozar durante jornadas interminables, continúa el monopolio de las icónicas Dr Martens.
Superposición de prendas
'In Spain we call it soledad'
Mezcla sin límites
'Otra perplejidad en Miami'
Estilo noventero
'Dancing in the moonlight'
Rostro iluminado
‘Like a Rolling Stone’
Fotografía: Celia Suárez
Estilismo: Alex Montoya
Maquillaje y peluquería: Jose Sequi (Givenchy & Redken)
Maniquí: Aviana para Trend Models
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