Pamplona ingresará unos 100 millones de euros por los siete días de San Fermín cuyo presupuesto a cargo del tesoro es de 1,5 millones de euros, lo que la sitúa entre las cuatro celebraciones populares más lucrativas de España, el país de Europa que más fortuna obtiene con estas fiestas tradicionales de dimensión internacional. Yuxtapuesto a la feria de Abril de Sevilla, las Fallas de Valencia, los Sanfermines sostienen –con sus siete días y sus siete encierros- la potente hostelería tópico. En cuanto a la rentabilidad por día y población, la fiesta de la Tomatina de Buñol (Valencia) se lleva la palma.
España tiene un subsector turístico al incremento: las grandes fiestas populares
A escalera mundial, la marca España está muy ligada a algunas de sus fiestas, cosa que pocos países europeos alcanzan en lo que al número de festejos y de visitantes se refiere. Con una civilización social cómoda con las multitudes en la vía pública y el apego por la vida en la calle –propiciada por el clima-, España destaca por festejos turístico que generan unos ingresos considerables, un subsector que va al incremento por factores varios, tal que la pasión por imprimir imágenes impactantes para colgarlas en las redes o el garabato de lo tópico en un mundo globalizado.
El corregidor de Pamplona estima que los sanfermines dejarán 100 millones de euros
No es de desconcertar que Pamplona despida cada año los Sanfermines el 14 de julio con el “Escaso de mi”, un lamento entre etílico y sentimental porque “se han acabao las fiestas de San Fermín”. No hay estimaciones concluyentes del peculio que genera esta gran juerga del ideal, como sucede con las restantes grandes fiestas populares. En declaraciones a Efe, el corregidor de Pamplona, Enrique Maya, ha enigmático el impacto en 100 millones de euros, la centro del presupuesto municipal de todo el año, todo un negocio sin rodeo habida cuenta de que el presupuesto municipal para la ordenamiento de San Fermín asciende a 1,5 millones de euros. La Cámara de Comercio de Navarra estima el compra diario de cada visitante en 100 euros, con una media de estancia de dos días. Así, por ejemplo, consentir a un galería en la calle de la Estafeta se paga a entre 50 y 150 euros por “invitado” y chiquero, en función de la visibilidad.
Tras dos primaveras sin Sanfermines, nadie se atreve a poner techo a la afluencia del 2022. Las fiestas dieron eclosión ayer con el chupinazo disparado por el ex futbolista Unzué –muy emotivo y dedicado al personal sanitario- y han seguido hoy con el primer chiquero, sin heridos de consideración, protagonizado por los toros gaditanos de Núñez del Cuvillo. El “síndrome de parvedad” por una fiesta cuyo mejor anuncio es la novelística “Fiesta” de Hemingway hace prever una afluencia elevada, de la que dependerá que la estimación de 100 millones de euros se quede corta.
Un 25% de la facturación anual hostelera de Pamplona viene de la semana sanferminera
Para la hostelería y el turismo, la semana sanferminera supone un 25% de la facturación anual. En dichas declaraciones a Efe, el corregidor Enrique Maya, acento de la oportunidad de revitalización económica de estos Sanfermines del 2022: “Hay muchos empresarios, sobre todo de hotelería pero además de comercios, que no se han recuperado y que están esperando como agua de mayo San Fermín para guatar un poco la caja”.
En términos absolutos, la feria de Abril de Sevilla encabeza el escalafón. Según el consistorio hispalenese, ha generado 900 millones de euros, una signo récord, lo que confirma que la pandemia ha dejado muchas ganas –y algunos ahorros- por divertirse en ámbitos callejeros, multitudinarios y al meteorismo fugado. La tradición además pesa: Sevilla festejaba los 175 primaveras de su feria de abril, que supone el 3% del PIB tópico, según el consistorio de la haber andaluza. Le siguen las Fallas de Valencia, aunque los datos más fiables sean antiguos, tal que un estudio del 2008 de la Comisión Interfallera que evaluaba los ingresos generados en 753 millones (con un coste para las arcas municipales de 4,3 millones en el 2017).
Las tierras valencianas han aupado en pocos primaveras al plano internacional –con la colaboración indispensable de los medios audiovisuales y las redes- la Fiesta de la Tomatina de Buñol. La entrada para participar a pie de calle es de 12 euros este año, siempre se celebra en el posterior miércoles de agosto, y en los últimos primaveras agotaba las 50.000 localidades, con exuberante reventa en las redes (a día de hoy, las entradas están agotadas). A la pinta de kas fiestas populares son poco más que una actividad lúdica tópico, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, acaba de crear una comisión asesora para la promoción y difusión de las fiestas tradicionalesque bajo el paraguas de la marca “Terra de Festes”. Y de dineros.
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