Temibles bajas del Liceu

Este verano, las temibles bajas por covid ya no suponen una amenaza para el espectáculo en sí, pero causan un instilación de sustituciones. Durante la chispeante Flauta mágica con la que el Liceu ha abrazado el verano, se han producido algunas. Comenzando por Javier Camarena, que al punto que si alcanzó a cantar dos noches el papel de Tamino antaño de contraer el virus. El momento que más teme el divulgado que estos días abarrota, atinado, el teatro de la Rambla es la aparición en ámbito del director bello, micro en mano. Pues lo único que justifica su presencia es el anuncio de otro cambio. “¿Quién habrá caído esta vez? Que no sea Dudamel”, parece murmurar la multitud removiéndose en su butaca. Por el momento la vara venezolana ha permanecido escanciando su luz sobre este Mozart. Pero, al igual que el tenor Julien Behr seguía esta semana cantando en sus funciones y las de Camarena (hasta su reaparición de ayer), el teatro tuvo reflejos y salvó el papel de Sarastro del indis­puesto barítono Stephen Milling aprovechando que Nicolas Testé está ensayando Norma .

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