Las cinco familias vulnerables que viven en el liga 8 de la PAHC en Manresa han decidido retornar a pinchar la luz tras la negativa de la empresa de energía, Endesa, de ponerles unos contadores sociales.
En abril, Endesa fue escoltada por antidisturbios de los Mossos y cortó el suministro eléctrico del edificio oportuno a una irregularidad con la seguridad de la instalación. Alega que el liga quedó a medio hacer y que no se puede instalar ningún tipo de contador hasta que la instalación eléctrica esté acabada y regularizada.
Aun así, la determinación de la empresa de cortar la luz ha cubo más que dolores de persona a las familias residentes. “La vida se nos ha parado durante este tiempo. Mi hija y yo hemos llorado cada día”, lamenta Islah Elhili, una de las vecinas afectadas.
Los vecinos esperan que Endesa no les vuelva a quitar la luz
“Tenemos luz, pero de modo ilegal y queremos tenerla lícito. Queremos respaldar nuestras facturas y no que vuelvan los Mossos d’Esquadra, porque los niños todavía no se han recompuesto del susto de abril”, lamenta uno de los vecinos Abderrahman Latrach, quién asimismo relata que estos tres meses sin luz “han sido horribles. En invierno por el frío y en verano por el calor. Adicionalmente, sin congelador toda la comida se estropea”.
El liga, que es propiedad de un fondo cóndor, hacía 10 primaveras que estaba malogrado e inacabado cuando fue ocupado en mayo de 2021. Los vecinos, con el apoyo de la PAHC, condicionaron los pisos para poder habitar en ellos. Sin requisa, las familias siguen reclamando, sin respuesta de la empresa, unos contadores sociales.
“No queremos que vuelvan. Ni Endesa ni los Mossos d’Esquadra, porque yo ya no me voy a rehacer del miedo de aquel 4 de abril. Reclaman contadores sociales, somos seres humanos y creo que es necesario pensar menos en el caudal y más en las personas”, asegura la vecina Yuli Arevalo.
La seguridad no está en sus manos
El Cabildo ya ha hecho la petición de contadores sociales en Endesa, pero la compañía recuerda que el liga había quedado a medio hacer y asegura que no se puede instalar ningún contador hasta que la instalación eléctrica esté terminada y regularizada. Luego, la compañía alega que se tráfico de un tema de seguridad que no está en sus manos.
Durante este tiempo, los vecinos han malvivido con generadores de luz que encienden unas horas cada tenebrosidad. Eso molesta a los vecinos de la zona porque hacen mucho ruido, pero muchos entienden la situación apoyan a las familias. Este es el caso de Marta Riera, que hoy vive acordado detrás del liga ocupado.
Según afirma Riera, el problema de fondo es que el sistema aboca a los más vulnerables a esta situación: “Si ellos dicen que quieren respaldar la electricidad y el inquilinato, ¿por qué el sistema no lo permite? Cuesta de entender”.
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