Impuestos extraordinarios al sector bancario o a las grandes empresas energéticas para reportar nuevos ingresos al Estado. Bonificaciones en títulos de transporte manifiesto. Medidas contra la inflación para proteger a las familias más vulnerables como consecuencia del acrecentamiento en el coste de vida.
Me gustaría pensar que todas estas acciones sean una ayuda efectivo, pero la experiencia de otras ocasiones no me permite ser jovial, pues al final, de facto, de una forma u otra somos los ciudadanos los que acabamos pagando todo de nuestros bolsillos. ¿El poder reside en el pueblo? Qué ilusos somos.
Como dijo Séneca a Herodes: “Tu poder radica en mi miedo, cuando yo no tenga miedo, tú ya no tendrás poder”.
Triste pero cierto.
Engracia Bigorra Calsina
Barcelona
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