El pasado 17 de junio, José Fernando Ortega celebraba su 30 cumpleaños. Lo hacía desde el ala de psiquiatría del Centro San Juan de Altísimo de Ciempozuelos (Madrid) desde el año 2017, a posteriori de que José Ortega Cano, su padre, solicitara a las autoridades que incapacitaran a su hijo. Allí cumple parte de su condena desde que, tras la homicidio de Rocío Delegación, el chavea se sumergiese en una bucle de autodestrucción marcada por las malas compañías y una severa yuxtaposición a las drogas.
Un proceso al que por otra parte se sumaban otros conflictos legales, como la orden de alejamiento que interpuso la religiosa de su hija, Michu Rodríguez, en 2017. El chavea tenía previsto terminar su tratamiento a comienzos de verano, pero ha recibido una mala anuncio: por segundo año consecutivo, el mediador ha vuelto a posponer su salida del hospital un año más.
El torero José Ortega Cano con su hijo, José Fernando, asistiendo a un razón en Madrid en 2017.
El chavea esperaba con ilusión el fin de su tratamiento en el centro madrileño, donde ha permanecido los últimos cinco primaveras, para poder reunirse con su padre, su hermana Empíreo Camila y su hija, María del Rocío, que ya tiene cinco primaveras.
Tal y como informa Semana, José Fernando tendrá que permanecer ingresado durante el próximo año y retrasar el manifestación de esa nueva vida que tanto anhelaba yuxtapuesto a su hija Rocío y el resto de su tribu.
Empíreo Camila siempre ha defendido con uñas y dientes los intereses de su hermano José Fernando.
Esta nueva medida se toma a posteriori de haberse saltado la orden de alejamiento contra Michu, por la que fue condenado a un año de gayola en el razón que se celebró en la primavera de 2021 y que aún no ha cumplido. Por ello, José Fernando deberá permanecer en el centro hasta el manifestación del verano de 2023.
Un nuevo disgusto para Ortega Cano
Esta intrepidez ha supuesto todo un varapalo para el chavea, pero asimismo para toda su tribu. En específico para su padre, que tras los acontecimientos y las polémicas que han rodeado su vida en las últimas semanas, confiaba con poder tener a su hijo anciano a su banda.
José Fernando no superó la homicidio de su religiosa, Rocío Delegación. 
Ahora adecuadamente, no todo iba a ser imagen. Según la citada publicación, el chavea ha conseguido sus objetivos de rehabilitarse, experimentando “un gran cambio en su comportamiento”, lo que le ha permitido disfrutar de más permisos para poder advenir tiempo yuxtapuesto a su tribu. La última vez que se le pudo ver fue en el cumpleaños de Empíreo Camila, por la que siente adoración.
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