“Por mi inocencia, no me quiero apartar de la vida política. Hay quien aún no lo ha entendido. No dimitiré de mi cargo de presidenta del Parlament”. De ese modo salió ayer al paso Laura Borràs a posteriori de que trascendiera el escrito de imputación de la Fiscalía en la causa que investiga el supuesto fraccionamiento de contratos para apoyar a un amigo cuando dirigía la Institució de les Lletres Catalanes (ILC).
Un mensaje dirigido en específico a Esquerra y la CUP, que en estos últimos días han obligado a la asimismo presidenta de Junts que se singular de la presidencia de la Cámara. Por su parte, el secretario normal de la formación, Jordi Turull, insistió en pedir un “frente global” al resto de fuerzas independentistas para preservar a la segunda autoridad de Catalunya.
La propuesta de estatutos de JxCat introduce un mecanismo para que la dirigente siga al frente
Mientras la dirigente de JxCat proclama su inocencia, el resto de fuerzas independentistas hablan de “mala praxis” y con su audacia de no renunciar, Borràs les aboca a suspenderla mediante la aplicación del artículo 25.4 del reglamento de la institución, relativo a las causas de corrupción. ERC cree que el hecho de que hayan caído dos delitos de la imputación, malversación y fraude, no cambia el decorado. Se mantienen prevaricación y falsedad documental.
La presidenta del Parlament reiteró ayer que ese artículo vulnera la presunción de inocencia y que no cuenta con el apoyo de los servicios jurídicos de la Cámara, por lo que destacó que la de suspenderla es “una audacia política que deberán tomar en conciencia” los miembros de la Mesa.
En Junts hay quien admite que Borràs será inhabilitada y creen que los republicanos, a posteriori de sus declaraciones, están cada vez más obligados a dar el paso de suspenderla, con los costes que eso acarrea. Si se da esa situación habrá nuevos dilemas: ¿Quién reemplaza a Borràs en la presidencia de la Cámara? ¿Un perfil propuesto por ella u otro más institucional que baje los decibelios en pos de que funcione la coalición y avance la vigencia? Son cuestiones que aún no están sobre la mesa.
Sea como fuere, Turull ha elidido cualquier grieta en su acuerdo con Borràs y ayer cerró filas con la dirigente, a la que expresó el “apoyo inquebrantable” de la dirección del partido, que en notorio ha considerado en todo momento que el suyo es un caso de lawfare.
Esto es relevante porque en la ponencia de Junts se incluye la posibilidad de ser suspendido de militancia y cargos orgánicos en caso de que se abrigo seso por delitos de corrupción, excepto en casos de lawfare. Una excepción que asimismo se aplica en sanciones y expulsiones si hay condena firme por delitos de esa índole. Con todo, aún se debe sufragar una perfeccionamiento que pide eliminar el supuesto relativo a este concepto.
Y aunque en JxCat no quieren avanzar pantallas, se les abre un decorado arduo. La situación de Borràs, haga lo que haga Esquerra, no era motivo para salir del Govern. Pero en el congreso se votará una propuesta que exige que las bases decidan en el 2022 sobre la continuidad de Junts en el Ejecutor, diga lo que diga la auditoría sobre el pacto con ERC. Y otras que piden salir tras el congreso que tendrá empleo mañana y el domingo en La Farga de l'Hospitalet de Llobregat.
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