La alcaldesa de Sant Cugat del Vallès, Mireia Ingla (ERC) ha pasado un calvario emocional en los últimos días. A raíz del cerradura -por una sentencia judicial- de la discoteca Drinkking Lemon de la ciudad, recibió amenazas de crimen e insultos por parte de un desconocido, en dos ocasiones diferentes, por mensaje privado de su cuenta de Instagram. El primero fue al mediodía: “Hija de puta. Te voy a pisar 6 veces si hace errata hasta que no puedas conversar ni para regentar, zorra (sic)”. Y siguió con “hija de puta”. Y el segundo, del mismo atacante fue poco antaño de las nueve de la incertidumbre del mismo día. Primero recibió una videollamada y posteriormente la siguió increpando: “Hija de puta, ya sé donde vives. Te vas a cagar. Ya puedes estar controlando a tu perro. No te despistes ni un momento”.
La alcaldesa lo ha denunciado públicamente esta mañana en un hilo de Twitter. Pero ausencia más ocurrió, presentó una denuncia delante los Mossos d’Esquadra y “delante la peligro de los hechos”, le pusieron una patrulla policial de vigilancia por si las amenazas se cumplían. Tras la pertinente investigación, los agentes descubrieron al hombre que profería estas amenazas y ayer, martes, se celebró un litigio rápido por amenazas para aclarecer los hechos. La alcaldesa está a la prórroga de la sentencia, que prórroga que sea condenatoria.
La alcaldesa presentó una denuncia delante los Mossos d’Esquadra y “delante la peligro de los hechos” le pusieron una patrulla policial de vigilancia por si las amenazas se cumplían
Ingla reconoce a este diario que “hay que condenar de modo tajante este tipo de amenazas e insultos que ocurren en las redes sociales. Es inadmisible que por el hecho de tener un cargo conocido tengamos que sufrir esto. No va con el cargo. Yo hago política por mil razones, pero ninguna es que me degraden y me amenacen a mi o a mi tribu”, lamenta. Reconoce suceder “pasado miedo”, por ella y por su tribu, porque el atacante verbal se escondía tras el anonimato. “No podemos tipificar estas situaciones y se tienen que denunciar. Quiero corresponder la rápida intervención de los Mossos y de la ecuanimidad y animo a denunciar siempre, sin defallecer, como ha hecho la cómico Paula Bonet”.
Como se recordará, el pasado 14 de julio y tras 16 primaveras de conflicto encajado y varios litigios, una comitiva jurídico del supremo número 4 de Rubí ejecutó el desahucio de la discoteca Drinkking Lemon de Sant Cugat del Vallès por impago de 4,5 millones de euros al Cabildo, correspondientes al canon de uso de los terrenos municipales de 16.000 m2. La primera consecuencia directa fue el cerradura inmediato de este nave de la carretera de Rubí, tramitado por la sociedad Reostat. Aquel día, un categoría de la sesentena de trabajadores de NitSab, la empresa que explotaba la actividad de la discoteca, reclamó el mantenimiento de sus empleos e increparon a la alcaldesa y la comitiva jurídico. Hoy Ingla reconocía que “por supuesto acepto las críticas constructivas, vengan de donde vengan, pero nunca los insultos. Este cerradura avala a una intrepidez jurídico, no del comunidad. Pero, incluso, cuando tomamos decisiones como consistorio nunca son personales mías, sino de un equipo y fundamentadas técnicamente”, razona.
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