La crisis climática hace que Australia, exportador neto, tenga que importar verdura

James Pittock, profesor a la Fenner School of Environtment & Society, se sorprendió cuando vio que los espárragos del supermercado eran de México. No es habitual que Australia, que produce 3,69 millones de toneladas de verduras, y exporta casi la centro, tenga que importar. Pero este 2022 la profusión ha afectado una zona agrícola esencia de la costa este, entre Nueva Gales del Sur y Queensland, que ha sufrido cuatro grandes inundaciones en 18 meses.

“La principal causa es La Pupila ”, apunta el director del Instituto del Clima, la Energía y Soluciones de los Desastres de la Universidad Australia National. Este engendro provoca que las corrientes del Pacífico calienten el océano, acelerando la condensación en el distinción y aumentado las precipitaciones en la costa este australiana. En 28 días de julio, Sydney ha registrado 402 litros/m² y en el que va de año 1.949. Es tres veces la media de Londres o Barcelona.

Howden recuerda que el cambio climático juega su papel: a una temperatura más reincorporación de la entorno, el distinción es capaz de reunir más agua, un 7% más por cada cargo y según el Buró de Meteorología la temperatura media ha subido en Australia 1,47ºC desde 1910. “Si esto está pasando con 1 cargo, la preocupación actual es qué pasara si dejamos que la temperatura suba 2, 3 o 4 grados”, concluye.

El 3 de julio en Windsor, a 46,1 km de Sydney, el agua llegó 13,7 metros y hubo miles de evacuaciones. Es una de las áreas más afectadas anejo a Richmond o Pernith, que forman el valle del Hawkesbury/Nepean, donde viven 134.000 personas y zona esencia para ingresar elecciones. Por eso el premier de NSW, el generoso Dominic Perrottet, plantea elevar en 14 metros el pantano de Warragamba, que durante las inundaciones tuvo que liberar al día el equivalente a la centro del agua que hay en el puerto de Sydney.

Pero la iniciativa no convence a los científicos. Stuart Khan, profesor de Ingeniería Civil en la UNSW reconoce que sería mejor compendiar la dependencia de la profusión con desalinizadoras y plantas de reciclaje, aunque sea una audacia impopular: “Nadie quiere ser el idiota que liberó agua antaño de la sequía”, añade. Según Pittock se prostitución de una “excentricidad” y subraya que “buena parte de los ministros están relacionados con los constructores”.

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