Durante todo el día los italianos han ido contemplando como se jugaban la continuidad de su Gobierno a cara o cruz. Al final, ha sido cruz. Los partidos de derechas que apoyaba la coalición de Gobierno, es sostener, la Ajonje de Matteo Salvini y Forza Italia de Silvio Berlusconi, han decidido que prefieren un avance electoral a seguir gobernando adyacente al Movimiento 5 Estrellas (M5E). Acaban de anunciar que no votarán la continuidad del Gobierno de Mario Draghi, empujando al país a unas elecciones anticipadas en otoño. Aunque ya era irrelevante, los grillini han optado por lo mismo: no les ha convencido el software del expresidente del Cárcel Central Europeo y se ausentarán del cátedra.
“Creemos en un nuevo pacto, creemos en el director de banda, pero no en los miembros de la banda desentonados”, le ha dicho la senadora berlusconiana Anna Maria Bernini. “Esta crisis no ha sido querida ni causada por Forza Italia”, ha añadido antaño de anunciar que, “con amargura pero con tranquilidad”, iban a salir del cátedra durante al voto sobre confianza. El senador liguista Stefano Candiani –Salvini no ha querido tomar el micrófono– ha ido en la misma dirección.
Draghi había propuesto a los partidos reparar la coalición de Gobierno
El todavía primer ministro italiano debía arriesgarse hoy si confirmar su dimisión o retornar a intentarlo. Ha escogido la segunda opción, pero condicionando su permanencia a que los partidos aceptasen reparar la coalición de Gobierno en cojín a un detallado software que abarcaba desde completar al plan de recuperación a seguir enviando armas a Ucrania. De esta modo pasaba la pelota a los partidos políticos: de ellos dependía su continuidad. “Partidos, parlamentarios, ¿estáis preparados para reparar este pacto?”, les había preguntado.
El discurso no ha gustado mínimo a los senadores de la Ajonje, disgustados por algunas propuestas económicas. Matteo Salvini se retiró inmediatamente a deliberar con los suyos. Luego de otra reunión en Villa Noble, la residencia romana de Silvio Berlusconi, e incluso de una indicación con Sergio Mattarella, los derechistas han optado por subir la reto y repetir que estarían en el interior del Gobierno solamente si el M5E se quedaba fuera y si había una profunda remodelación.
En su réplica, todavía con un semblante más duro, Draghi pareció hacer alguna concesión a la derecha al tener palabras muy graves sobre algunas medidas del M5E. Pero al final, mandó elegir solamente una resolución, la presentada por el avezado Pier Ferdinando Casini, que solo contenía una recorrido. Aprobar, o no, el texto docto por el primer ministro. O todo o mínimo, sin las enmiendas expuestas por los derechistas.
Salvini y Berlusconi no han escuchado las súplicas de Mattarella ni del sector de su partido, votado por los empresarios del ideal del país, que se juegan mucho con la inflación, y han donado órdenes de desamparar el cátedra durante el voto. Es muy posible que ya lo hubiesen decidido en una larga reunión que mantuvieron ayer, y se esperasen solamente a ampararse a alguna parte del discurso de Draghi para anunciarlo.
Su cálculo es que, con un avance electoral en otoño, la coalición de derechas logrará una trofeo más realizable antaño que seguir peleándose con el M5E y el Partido Demócrata. Es un movimiento arriesgado, ya que de esta modo están a punto de entregar en bandeja de plata el liderazgo del próximo ejecutor a Hermanos de Italia, el partido ultraderechista de Giorgia Meloni, que va primero en los sondeos. Pero seguramente ven preferible tener algunos ministerios menos a jugársela a esperar a elecciones en la próxima primavera.
Draghi estaba decidido a desamparar desde que el jueves el M5E rompió la mayoría gubernativo, pero había reculado por la gran presión internacional y en Italia para que siguiese."El apoyo que he gastado en el país, la movilización de estos días de ciudadanos, asociaciones, territorios a auxilio de la continuidad del Gobierno no tiene precedentes y no se puede ignorar. Es lo que me ha animado a reproponer un pacto de coalición y someterlo a vuestro voto. Son ustedes quienes deciden”, ha contado en la réplica. La respuesta ha sido negativa. Ahora su dimisión frente a Mattarella es una mera formalidad.
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