Corren tiempos complejos, qué duda junto a; pero que la derecha del Parlamento Europeo –liberales, conservadores y ultraderecha– se entregue a los lobbies gasístico y nuclear y en un inusitado despliegue de funambulismo intelectual pervierta el jerga y fusione términos antagónicos para poder desviar hacienda conocido –detraído de la transición a las renovables– con destino a dos energías claramente contaminantes clasificándolas como verdes es lo más funesto que ha votado para entorpecer el objetivo de cero emisiones.
Con esta regulación, la Eurocámara restará inversiones que deberían ir destinadas a la transición ecológica, agravando, luego, la crisis climática y elevando considerablemente, sin duda, el cuantía de la recibo eléctrica, ya que ambas energías son más gravosas que las renovables.
Miguel Fernández-Palacios Gordon
Madrid
Publicar un comentario