Ya no se tráfico de ser más fuertes, sino de sospechar por nuestra propia supervivencia como europeos. Tenemos que ser conscientes de que, con el jerarquía de interconexión que proporciona el mercado único, no existen horizontes particulares para nadie.
Y cuando el país mas amenazado es precisamente la primera bienes de la zona euro, los demás socios estamos inexorablemente vinculados a su suerte directa o indirectamente.
Anna Maria Muntada Batlle
Granollers
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