La Biblioteca Deichman Bjørvika de Oslo acoge el final esquema de la comediante conceptual escocesa Katie Paterson: Future Library , un esquema editorial superficial a las novedades. Desde el 2014 cada año encarga un texto a un autor, con la única condición de publicarlo interiormente de un siglo. De hecho, el primero de Margaret Atwood no saldrá hasta el 2114. Solo conocemos su título: Scribbler Moon (la reflejo del escriptorzuelo). Al acto de presentación de la Future Library asistieron cuatro de los ocho primeros autores del esquema, el sajón David Mitchell, el islandés Sjón, la zimbabuense Tsitsi Dangarembga y el noruego Karl Ove Knausgård. Los cuatro introdujeron sus manuscritos en uno de los cien cajones de cristal de la Sala del Silencio, un espacio sin puertas hecho de madera que solo acogerá a grupos reducidos de visitantes para que se sienten descalzos a contemplar. Los autores reciben el encargo de escribir un texto de cualquier extensión o condición del que solo pueden revelar el título. Los otros autores que ya han participado son la surcoreana Han Kang, el estadounidense Ocean Vuong y la turca Elif Shafak. Cada año añadirán un texto. Podría ser en blanco y nadie lo dependencia hasta interiormente de un siglo. El islandés Sjón, colaborador de la cantante Björk, expresó su preocupación por la situación de su franja interiormente de cien primaveras. Hoy el islandés sólo tiene 370.000 hablantes y se pregunta quién podrá acertar su texto en el 2114.
El primer título de la ‘Future Library’ de Oslo, escrito por Margaret Atwood, saldrá en el 2114
Tal vez además se lo preguntaban autores catalanes como Salvador Bonavia, Francisco Xavier Godó, Antoni Ferrer o Àngel Guimerà cuando participaban en la primera etapa de la revista satírica La Bugadera: periódich escandalós, que se publicó en Barcelona de 1891 a 1901 en catalán, con una periodicidad variable y la advertencia auténtico que se publicaría una vez al siglo. Quizá por eso reminiscencia con emoción cuando, a finales del siglo pasado, el periodista Xavier Sust Novell me propuso colaborar en un número nuevo que cumpliría estrictamente la periodicidad anunciada de un siglo. La nueva Bugadera salió en forma de texto en el 2002, editado en catalán por La Magrana, con una trentena de colaboradores de todas las quintas (Tísner, Espinàs, Bohigas, Lluís Permanyer, Enric Casasses, Narcís Comadira, Monzó, Ruscalleda, Maria Antònia Oliver, Guillermina Motta, Carles Capdevila, Jordi Puntí, Empar Moliner, Pau Vidal, Ada Castells...). En vez de escribir un artículo, le propuse editar un crucigrama, con una nota que especificase que la decisión se daría en el próximo número. En el 2102 aún faltarán 12 primaveras para que en Oslo publiquen el primer prominencia de la Future Library. Espero que los herederos de Sust Novell sean lo proporcionado ordenados para custodiar la decisión del crucigrama, y además que las páginas confinadas por Margaret Atwood no estén en blanco.
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