Un equipo de investigadores del Instituto de Investigaciones Científicas Avanzadas de A Coruña (CICA), liderado por Paco Fernández-Trillo, inmediato a científicos de la Universidad de Birmingham, han desarrollado una sustancia capaz de permear la córnea para regir fármacos de forma no invasiva en zonas del ojo a las que sólo se puede presentarse mediante inyecciones. Su exposición permitiría regir tratamientos oculares en gotas, ahorrándole inquietudes y listas de dilación al paciente; por otra parte de gastos al sistema váter.
“La idea surgió a partir de una conversación con el cirujano lente Richard Blanch, durante mi estancia en Birmingham”, declara Fernández-Trillo. El químico había desarrollado un polímero capaz de permear distintas barreras biológicas. Blanch tenía un maniquí de córnea de asqueroso para probar formas alternativas a las inyecciones para tratar el glaucoma, las retinopatías o los edemas maculares.
De aquella conversación surgió un esquema de investigación, en el que Fernández-Trillo probaría el polímero como excipiente para transportar fármacos a través de los modelos de córnea de Blanch, en el laboratorio. La investigación dio buenos resultados y el equipo está en proceso de solicitar una salvoconducto.
“Nuestro principal objetivo es validar esta tecnología no invasiva para poder dirigir a las zonas enfermas del ojo ácidos nucleicos como el ADN o el ARN, en circunscripción de fármacos. Estos ácidos nucleicos podrán ayudar a las células dañadas a restaurarse a sí mismas, mediante terapia génica, curando las enfermedades oculares de raíz”, explica Fernández-Trillo. “Nos gustaría no solo tratar los síntomas con antiinflamatorios, por ejemplo; sino apurar con este tipo de enfermedades”, añade.
Los investigadores están a las puertas de iniciar ensayos preclínicos en animales. De dar buenos resultados, pasarían a probar esta tecnología en pacientes, en ensayos clínicos.
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