“La investigación se dirige hacia los fármacos personalizados y los biomarcadores”

Qué peculiaridades tiene el cáncer de mama en comparación con otros tipos de tumores?

Cada cáncer es diferente. Su naturaleza no viene solo determinada por el entraña en el que se desarrolla, que lógicamente implica diferencias, sino especialmente por sus características moleculares, por las alteraciones genéticas que comporta cada tumor, las mutaciones que han acumulado las células en su transformación a células malignas. De estas mutaciones dependerá cómo se comporte cada cáncer clínicamente, dando extensión a tumores muy poco agresivos, con una progreso lenta que se prolonga durante abriles, u otros muy rápidos y agresivos que dejan muy pocas opciones terapéuticas. Algunos, por ejemplo, responderán muy admisiblemente a los tratamientos hormonales, y otros a los dirigidos contra HER2, una proteína que fomenta el crecimiento de las células cancerosas. Es un paipay muy amplio de posibilidades. La naturaleza de cada tumor será la que determine que sea más o menos atacable desde el punto de paisaje terapéutico, de la existencia o no de dianas en las células, de las alteraciones de su ADN o de la traducción que este tiene a proteínas, de alteraciones en la membrana en el citoplasma o en otras moléculas. Si conseguimos encontrar dianas con destino a las que podemos dirigir los tratamientos, estos serán sin duda más eficaces.

¿Cómo ha cambiado el pronóstico del cáncer de mama en los últimos abriles?

El pronóstico de la enfermedad ha mejorado mucho durante los últimos abriles, sobre todo de la enfermedad metastásica. Especialmente, en algunos tipos de cáncer, como el cáncer de mama HER2+, para el que se han desarrollado tratamientos muy efectivos, o el cáncer de mama triple imagen, que se está beneficiando de los avances en inmunoterapia. Las técnicas moleculares y genómicas han permitido avanzar en el conocimiento del pronóstico de la enfermedad de guisa que, en pacientes con tumores muy iniciales, en los que todavía no hay metástasis, se puede determinar de un modo más preciso si es necesario o no dirigir tratamientos agresivos o si les hace errata o no someterse a quimioterapia. En este sentido SOLTI, un montón de investigación en cáncer de mama del que formamos parte, ofrece un software, el “HOPE”, para informar a pacientes de posibles alteraciones genéticas en el tumor o incluso en muerte, a través de la biopsia líquida. Esto ayer era impensable, se realizaban menos distinciones entre tratamientos.

¿Qué papel cree que han jugado los programas de cribado en este cambio de pronóstico?

Sin duda, el gran paso delante en la curación del cáncer de mama ha sido el momento del diagnosis, que actualmente es mucho más precoz. En la ahora, el tumor está muy localizado solo en la mama y mucho menos en los ganglios, como ocurría hace tres décadas. Este avance en el diagnosis se ha rematado, en una parte importante, gracias a las técnicas de screening mamográfico, pero además han influido la concienciación de la población y la perfeccionamiento del acercamiento al sistema inodoro en comparación a tiempo antes. Todo ello nos permite diagnosticar el cáncer de mama ayer, y cuanto ayer lo diagnostiquemos, mayores serán las probabilidades de curación.

¿Considera acertados los programas de cribado contemporáneo o cree que deberían modificarse la franja de etapa o la periodicidad de las revisiones?

Aunque todos intentamos averiguar el modo de diagnosticar más a las mujeres cuando la enfermedad es todavía muy incipiente, la verdad es que estoy contenta con el tipo de screening mamográfico que se realiza en la ahora, porque es el que ha demostrado que impacta en la supervivencia de las pacientes. Si hiciese algún cambio, sería dirigido a personalizar el cribado, más que con destino a aumentar la franja de etapa o ceñir la periodicidad de las mamografías. Creo que esto probablemente nos llevaría a realizar muchas pruebas innecesarias. Apostaría, por ejemplo, por realizar mamografías anuales a aquellas mujeres que tienen un aventura más parada de desarrollar cáncer de mama, en cojín a factores de aventura que son admisiblemente conocidos como una suscripción densidad mamaria, historial familiares o que hayan tenido una biopsia previa. En cambio, a aquellas mujeres con mamas grasas, que no han tenido ningún antecedente previo, se les podría variar la periodicidad y que se hiciesen mamografías incluso cada tres abriles, o con la frecuencia idónea que se determine en cada caso y siempre, por supuesto, que no noten ausencia en la mama. Creo que deberíamos tender a una visión personalizada del cribado mamográfico, igual que la tenemos del tratamiento.







Creo que deberíamos tender a una visión
personalizada del cribado mamográfico, igual que la tenemos del tratamiento”

¿Qué armas terapéuticas existen actualmente para hacer frente a la enfermedad?

Actualmente, disponemos de tratamientos muy potentes. Por un costado, la cirugía ha mejorado muchísimo y cada vez es más limitada y menos mutilante. Se realizan menos mastectomías, solo cuando es necesario, y se extirpan un número parada de ganglios axilares solo cuando están afectados. La gran mayoría de mujeres que se someten a cirugía estarán curadas a posteriori del tratamiento y procuramos que puedan incorporarse a su vida social, conocido, de pareja, sindical, etc. con las menos secuelas posibles. Para ello lo más importante es, de entrada, extirpar el pequeño tejido posible. En este sentido, hemos renovador muchísimo. Las grandes operaciones de sobaco que dejaban a muchas pacientes con lifendema hoy en día ya no se realizan. Sí que se continúan haciendo mastectomías, porque en algunos casos son necesarias y no queda otro remedio, pero el tratamiento ordinario del cáncer de mama desde el punto de paisaje quirúrgico se dirige a conservar la mama. Todavía ha mejorado mucho la radioterapia, tanto en lo que se refiere a la energía que se utiliza como en el software del que se dispone, que permite irradiar áreas mucho más localizadas respetando, por ejemplo, órganos nobles como el corazón o el pulmón. Todavía disponemos de los tratamientos sistémicos, que han incompatible nuevas dianas sobre las que se puede desempeñarse, con soluciones dirigidas exclusivamente a las células malignas. En el radio de la biología molecular, por ejemplo, se han desarrollado anticuerpos monoclonales diseñados para que actúen contra una célula o tipo de célula en concreto, como si se tratase de misiles que solo estallan cuando entran en contacto con su objetivo. Este tipo de anticuerpos, llamados mononucleares conjugados o inmunoconjugados, nos abren nuevas opciones terapéuticas. En genérico, se está avanzando mucho en todas las ramas de investigación sistémica, como la inmunoterapia; la hormonoterapia, un tratamiento muy clásico adecuado desde hace más de un siglo pero que además se puede mejorar; o los tratamientos antiproliferativos, muchos de ellos orales, que permiten sostener y mejorar la calidad de vida de las pacientes.

¿En dirección a dónde se dirige la investigación en el cáncer de mama?

Actualmente, se está trabajando mucho en el exposición de fármacos cada vez más personalizados y sobre todo en el exposición de biomarcadores. Los biomarcadores son características que tienen los tumores que nos ayudan

a elegir qué tratamiento concreto tenemos que dirigir a cada paciente en particular. En algunos casos, serán muy agresivos porque el tumor lo necesita, y, en otros, mucho menos. La información de los biomarcadores nos permite crear soluciones muy específicas en función de las características de cada tumor y de si es, o no, por ejemplo, HER2+, o de si tiene PL1 o receptores hormonales. Actualmente, paneles que evidencian la expresión o las alteraciones de decenas o centenares de genes son indispensables. Es importante conocer cada vez mejor al enemigo y sus puntos débiles para atacarlo específicamente y tener éxito.

¿Qué investigaciones estáis liderando en la ahora desde la Dispositivo de Cáncer de mama del Hospital Clínic?

En estos momentos, sobre todo desde el laboratorio del Dr. Prat, se están realizando muchas investigaciones centradas en el ADN circulante destinadas a conocer la respuesta a los tratamientos de una guisa muy auténtico, pero además los detalles de la enfermedad. Todavía se están estudiando biomarcadores para la enfermedad HER2+, con el experimentación HER2Dx, que nos permitirá determinar si el tumor es más o menos sensible al tratamiento y más o menos agresivo, con lo que será posible perfilar si el tratamiento debe ser más o menos agresivo. Asimismo, se están realizando avances en la expresión de genes para diferentes perfiles, es opinar, determinar qué genes, de los 30.000 que tiene cada célula, están alterados y se han activado o suprimido. De este modo, podemos hacer un plano que nos proporcione información muy precisa sobre cada tumor en particular.

¿Cómo ha afectado la crisis de la covid-19 a la investigación? ¿y a los pacientes?

Los meses de la pandemia fueron muy duros. Tuvimos que interrumpir tratamientos, atrasar operaciones, priorizar cirugías de exterminio del tumor frente a las de reconstrucción porque no había suficientes quirófanos... Dejamos de diagnosticar pacientes en el momento en el que los tumores eran más pequeños y, aunque no cerramos el hospital ni la mecanismo de ensayos clínicos e intentamos seguir el ritmo dando soporte a todas las pacientes, tuvimos que hacerlo de una forma más limitada de lo que nos habría gustado. Ya hemos vuelto a la normalidad, pero nos ha pasado cargo y ha puesto en evidencia que existe un serio problema de inversión en salubridad, en tecnología, en fármacos, en investigación, en los centros de atención primaria, que están en una situación muy complicada. Estoy segura de que, si se le preguntase a la población, la mayoría coincidiría en la importancia de dirigir las inversiones a la salubridad y la educación.

Dispositivo de Cáncer de Mama delHospital Clínic de Barcelona


La Dispositivo del Cáncer de Mama del Hospital Clínic de Barcelona, formada por un equipo multidisciplinar de más de 60 personas y 14 servicios distintos, está dedicada a atender a las personas con cáncer de mama y coordinar a los profesionales que diagnostican y tratan la enfermedad. “Trabajamos como mecanismo desde hace más de 30 abriles”, comenta la Dra. Muñoz, “y tenemos como único objetivo
tratar a la paciente de cáncer de mama lo mejor y lo más
rápidamente posible”.


“Tenemos una reunión semanal, cada lunes por la mañana, en la que comentamos los casos de todas las pacientes de cáncer de mama diagnosticados en el hospital, intercambiamos información y mantenemos el contacto para realizar una advertencia conjunta siempre que sea necesario”, aclara la doctora. Asimismo, una vez al
mes asisten a reuniones de investigación conjuntas,
multidisciplinares, que organiza la Dispositivo, para ampliar y
consolidar conocimientos.


“Por otra parte, formamos grupos más pequeños que trabajamos estrechamente, como el formado, por ejemplo, por oncología médica y oncología radioterápica para ofrecer a las pacientes visitas conjuntas, añade, “y colaboramos con unidades de mama de los hospitales C17, un consorcio que recoge los centros de Granollers,
Mollet y Vic, intentando trabajar conjuntamente con ellos y
ofreciéndoles nuestra ayuda como centro terciario para temas complejos que precisen un hospital más ínclito”.

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