Si no hay imprevistos de última hora, las máquinas procederán a demoler el antiguo cine Pedro IV en el primer trimestre de 2023, según previsiones municipales. Se prostitución de un derribo con importantes retrasos -la última estimación era a principios de este año- y ahora parece que entra en una escalón crucial. El Consistorio ha sacado a concurso la subasta de las obras para tirar debajo el edificio, con creces reivindicado por los vecinos en uno de los barrios más vulnerables de la ciudad, el del Besòs i el Maresme. El inmueble está en desuso desde hace más de dos décadas, cuando el cine cerró en el 2000.
Aunque en un principio se planteó conversar el edificio, construido en 1964 y adquirido por el Consistorio en 2010, se optó al final por derribarlo al estar afectado por diversas patologías estructurales. La remodelación posibilitará la creación de un suministro de seis plantas con una biblioteca, un asistencia y la ampliación del Centro de Atención Primaria (CAP) Besòs. Por este motivo, se ha impulsado un convenio entre el Consistorio y la Generalitat con el compromiso de respaldar el plan y sostener su financiación. El gobierno municipal aportará cerca de diez millones mientras que el Govern poco más de cinco.
El plan, enmarcado adentro del plan de barrios para revitalizar esta zona, ha cambiado con el paso de los abriles. En el antecedente mandato, se pensó utilizarlo como sede administrativa del distrito de Sant Martí y para usos sociales, culturales y vecinales. Para entonces se preveía que las obras se iniciasen en 2019.
Los vecinos apremian al Consistorio para que ejecute el suministro y algunos muestran su disconformidad delante los renovados planes municipales. “No estamos de acuerdo con el nuevo plan, consideramos que el antecedente era muy correcto. Creemos que la ampliación del CAP hubiera sido mejor hacerla en uno de los solares vacíos y pensando en las posibilidades de expansión en un futuro del centro retrete”, asegura José Manuel López, presidente de la asociación de vecinos del Maresme. El representante municipal todavía lamenta los retrasos: “Con el antecedente plan, el nuevo edificio ya tendría que estar viejo”.
Abastecimiento muy reivindicado
Los vecinos lamentan la tardanza de los trabajos y apremian al Consistorio para que haga el plan
El derribo del antiguo cine, con una cúspide de 13,2 metros y una superficie construida de 2.410 m2, costará unos 300.000 euros. Se estima que la deconstrucción dure unos cuatro meses y los trabajos para crear el suministro comiencen a finales del primer semestre del 2023, informan fuentes municipales. “Se está trabajando para que las obras del nuevo edificio se adjudiquen y empiecen en este mandato”, señala el Consistorio. Aunque para su finalización completa habrá que esperar a la próxima asamblea municipal.
La biblioteca ocupará una parte del sótano y las tres primeras plantas. En el fondo, se prostitución del traslado de la contemporáneo biblioteca Ramon d’Alòs-Moner. Ahora se ubica en el centro cívico del Besòs y el espacio que deje se ganará para usos vecinales. Por su parte, el asistencia se instalará en la planta sótano para realizar distintas actividades, en colaboración con el Institut de Civilización de Barcelona.
Las dependencias sanitarias se localizarán en las tres plantas superiores con una conexión con el contemporáneo CAP mediante una pasarela. El cine Pedro IV dispuso de unas 700 butacas y forma parte de la historia sentimental de distintas generaciones de vecinos. Tras más de dos décadas acumulando polvo y degradándose, la antigua sala vislumbra su nueva vida
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