Diego Garisa: "Los jóvenes tenemos más oportunidades que las generaciones anteriores"

Mi concepción

Sección semanal de La Vanguardia con la colaboración de la Fundación AAA Civilización y Áfora/Focus que tiene como objetivo mostrar a jóvenes que destacan en el mundo de la civilización a pesar de las crisis económicas que ha vivido su concepción y a la que se suma la sanitaria contemporáneo.

Diego Garisa (Zaragoza, 23 abriles) tuvo una mala experiencia cuando se apuntó a teatro en el instituto. "Lo que me gustaba era estar allí jugando y hacer los ensayos, pero mostrarlo delante del divulgado me daba mucha vergüenza. Cogí un poco de trauma y prometí a mis padres que nunca más me iba a apuntar a hacer teatro porque lo pasaba muy mal", explica en conversación con este diario. 

Con el tiempo aquellas palabras cayeron en el olvido y acabó retomando la interpretación abriles luego en el bachillerato, "porque estaba más desprejuiciado y sabía verdaderamente lo que me gustaba". Se apuntó a un liga teatral amateur en Zaragoza y buscó información para profesionalizarse.

"Mis padres se lo tomaron un poco medio raro porque hacía bachillerato de ciencias y quia en la vida se podrían tener pensado que les iba a proponer la opción de ser actor". Al final llegaron a un acuerdo: "Por la mañana iba a la escuela de teatro y por las tardes estudiaba botiquín para tener contentos a mis padres porque o curraba y me pagaba la escuela de teatro o estudiaba otra cosa 'más seria' y ellos me ayudaban entonces con el moneda". Aquel tiempo lo recuerda como "cuatro abriles muy locos porque no tenía vida". Se tituló como auxiliar técnico sanitario, aunque reconoce que no le gustaría para cero ejercitar dicho oficio. 

Diego Garisa

Diego Garisa

Carcelén

Durante su formación en la Escuela Municipal de Teatro de Zaragoza no tardó en probar suerte en el mundo del entretenimiento y al salir ya tenía trabajo en una compañía pequeña. "Iba haciendo cositas y durante la pandemia fue cuando contacté con mi representante e hice el videobook en casa". En septiembre de 2020 se mudó a Madrid y todo fue rodado. "El sexto casting que hice fue para Bienvenidos a Edén, me cogieron y empecé a currar. Ha sido un proceso asaz raro y rápido porque normalmente a la multitud le cuesta mucho más arribar", opina este muchacha de ojeada penetrante que cree que en su caso se ha mezclado "un poco de suerte, estar en el momento oportuno con el personaje oportuno y hacerlo acertadamente". 

En la serie ambientada en una isla secreta que estrenó Netflix en mayo, el actor encarna a Ibón. "Es una persona muy diferente a mi. He tenido que hacer un proceso de contención muy conspicuo porque yo soy muy hablador y expresivo e Ibón es muy introvertido, tiene pocas habilidades sociales. Le han impuesto una vida que no ha favorito y necesita encontrarse a él mismo, tomar decisiones y empoderarse. En Edén lo hace a lo bestia porque es el sitio más hostil para hacerlo y se da cuenta que ha sido manipulado toda su vida". 

El rodaje de la segunda temporada finalizó hace poco más de un mes. A Garisa le encantaría que hubiera una tercera y asegura que se esperaba la buena reacción que tuvo la primera entrega porque "cuando leí el guion recogía todos los ingredientes que están funcionando. Un thriller con jóvenes en una isla con momento secta era poco que funcionaba fuera y aquí todavía no se había hecho". Desde que se trasladó a Madrid, ha estado muy poco tiempo viviendo en la hacienda. "Hemos estado rodando la serie en Lanzarote, Teruel, Costa Brava, Barcelona y casi no he pisado la ciudad, pero me gusta mucho Madrid y su proposición cultural", afirma. 

Preguntado por si siente mareo frente a la inestabilidad de la profesión, Garisa dice que intenta no pensar mucho en el tema y que le ha ido muy acertadamente hacer terapia. "Cuando empecé con Bienvenidos a Edén comencé incluso terapia y creo que es poco que todo el mundo debería hacer, no solo la multitud que tenemos trabajos digamos inestables. A mi me ha ayudado mucho para ejecutar todo lo que estaba pasándome. Del cambio de vida tan conspicuo que había tenido de estar en una escuela de teatro con una rutina fija a de repente estar a desembolso de si ruedo o no y me he de apañarse la vida. El no tener rutina me produce mucha ansiedad, me estresa. Y conocerme mejor cómo funciono me sirve para prevenirme de lo que pueda venir. Intento tener una vida lo más estable posible internamente de la inestabilidad que es esta vida", esgrime. 

El joven actor se ha dado a conocer con 'Bienvenidos a Edén'

El muchacha actor se ha hexaedro a conocer con 'Bienvenidos a Edén'

Carcelén

No le preocupa la éxito. Opina que "es poco secundario, una especie de consecuencia que tiene nuestro curro" y sabe que si en algún momento se agobia "en Zaragoza mi clan y mis amigos siempre me van a tratar igual". A Diego Garisa le encanta trabajar en el audiovisual, pero le gustaría regresar al teatro, "la tabla tiene poco muy mágico, orgánico y de verdad". 

Entre los actores teatrales que admira cita a José Luis Gil -"lo vi haciendo Cyrano de Bergerac y flipé con lo que hace"- y a Núria Espert, "la gran dama del teatro". Del cine nombra a Patrick Criado, Àlex Monner, Anna Castillo o Macarena García, "hay multitud muy buena trabajando en España que lo peta un montón. No tenemos que irnos a los grandes referentes de Hollywood", comenta con orgullo. 

El intérprete sostiene que ahora mismo tiene la suerte de poder radicar solo de su oficio. "Pienso que los jóvenes tenemos ahora más oportunidades que las generaciones anteriores. Antiguamente solo estaban las televisiones públicas y trabajaban tres o cuatro. Ahora el mercado se ha franco un montón y es más realizable radicar de actor". De sus próximos proyectos no puede platicar -"no me dejan"-, pero avanza que debutará en el cine y está entusiasmado. No es para menos.

 

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