El monte Xiabre empezó a arder este jueves por la tarde. El fuego se extendió con presteza y de forma descontrolada. Tanto es así que las llamas penetraron hasta bombonas de butano que generaron varias explosiones. El sonido no pasó desapercibido por los vecinos. La tensión iba en aumento. Fue preciso desalojar viviendas, cortar carreteras, incluso vaciar animales. La Conselleria de Medio Rural ha estimado, a primera hora de esta mañana, que ya se habían mosqueado 450 hectáreas. En este sentido, ha decidido activar alerta de nivel dos por la proximidad de las llamas al núcleo de Porteliña.
El incendio, que se inició a las 19.25 horas de este jueves en los términos municipales de Vilagarcía y Caldas, permanece activo este viernes.
El fuego ha tomado dos direcciones. Alrededor de el sur, saltando las pistas forestales y abatiéndose sobre Vilagarcía de Arousa y Castroagudín, su última pueblo en la falda del monte Xiabre. Y alrededor de el meta, descendiendo sobre los núcleos de Sequeiros, Porteliña o Casal de Mato, en Caldas de Reis.
"> Esta incertidumbre se han sumado efectivos del #BIEM5 a las labores de acabamiento del #IFSaiarCaldasdeReis#Pontevedra
y se ha realizado ataque directo al frente de pasión para protección de viviendas en la carretera PO-305 en las cercanías de O Vento pic.twitter.com/wQabXAOgCb
La Conselleria Rural ha solicitado la presencia de la Unión Marcial de Emergencias (UME). Los efectivos del Ejército trabajan ya en la zona. Han tenido que proteger viviendas en O Vento cerca del centro urbano de Vilagarcía.
Los bomberos ha desalojado viviendas en diferentes lugares. Algunos tan alejados del foco diferente como Rubiáns, donde el fuego apareció tras cruzar sin dificultad las carreteras.
Castroagudín
Los vecinos colaboran con la policía y los servicios de emergencia para combatir el fuego
Los agentes de la policía han cortado, encima, vías de circulación. Según la DGT se interrumpió el tránsito en la VG-4.7 y en la PO-305. Paralelamente, los vecinos de Castroagudín anejo con el Servicio de Emergencias y la Policía Franquista hacían lo que podían para combatir el fuego. Pero las llamas avanzaban descontroladas y se apreciaban desde el centro de la ciudad, donde numerosos ciudadanos pasaron buena parte de la incertidumbre asomados a ventanas y balcones.
O Pousadoiro
Las llamas penetraron bombonas de butano que generaron explosiones
Tanto los residentes cerca de las llamas como los más alejados estaban asustados. Empezaron a escuchar explosiones que no sabían de donde venía. Muchos pensaron que procedían de las naves del polígono industrial de O Pousadoiro. Pero lo cierto es que las llamas alcanzaron bombonas de butano de una chatarrería, provocando así los estallidos.
La tensión fue en aumento por momentos. Especialmente entre los ciudadanos que vieron el fuego más cerca de sus fincas y casas. Algunos tuvieron que trasladar a sus animales a un zona seguro. Otros ayudaron como podían con mangueras, motocultores, cubos, ramas para colaborar con los servicios de acabamiento.
El fuego se desarrolló con diferentes focos activos y fue muy visible de alba. De la misma forma podía percibirse en la sierra de O Barbanza. A pesar de la oscuridad, un preocupante estrato rojo cubría la ría de Arousa.
Las llamas se apreciaban tanto en la orilla meta, la barbanzana (A Coruña), como en la costa sur arousana, correspondiente a la comarca pontevedresa de O Salnés.
Galicia vive una segunda oleada de incendios luego de que ya resultara muy afectada por la que sufrió en julio. Cuatro fuegos han calcinado unas 1.500 hectáreas en los últimos días, según los últimos datos facilitados por la Xunta.
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