La cuenta a espaldas para el final de los coches diésel y gasolina ya ha comenzado. Los gobiernos nacionales y las autoridades europeas vienen abordando esta cuestión desde hace tiempo, con el objetivo de aminorar las emisiones y frenar el cambio climático. Se han transmitido varios pasos en este sentido. Los países de la Unión Europea están ultimando los cambios legislativos para prohibir la cesión de coches nuevos de combustión interna (incluidos los híbridos) a partir de 2035. En España, el tarea inicialmente fijó que no podrán venderse turismos que emitan dióxido de carbono a partir de 2040. Pero si se aprueba definitivamente la legislatura europea, tocará superar la plazo.
La alternativa pasa por los coches eléctricos, que van ganando demarcación. La circulación de vehículos eléctricos en España creció en 2021 un 76% hasta las 155.000 unidades, lo que supone un aumento de 67.000 coches con respecto al año antedicho, según el Observatorio Movilidad Eléctrica realizado por Carwow.
Uno de los principales obstáculos para su implantación es la autonomía que ofrecen las baterías. Y una de las medidas aprobadas por el ejecutor es la instalación puntos de recarga pública de suscripción capacidad, de modo que se evite la “ansiedad de autonomía” o el temor a que la formación del transporte se descargue totalmente durante el trayecto.
Para dejar a espaldas ese temor, investigadores de la Universidad de Pensilvania han desarrollado una formación para vehículos eléctricos que se carga en tan solo 10 minutos. Todo un hito, según celebran los autores, que han publicado los resultados en la prestigiosa revista Nature.
Celeridad
Una formación que se carga en 10 minutos
Los investigadores querían resolver dos problemas que presentan este tipo de vehículos: son demasiado lentos para recargarse y demasiado grandes para ser eficientes y asequibles. Y algunos coches eléctricos pueden tardar todo el día en recargarse.
“La aprieto de baterías más pequeñas y de carga más rápida es viejo que nunca”, asegura Chao-Yang Wang, profesor de ingeniería mecánica de la universidad y autor principal del estudio.
Normalmente, las baterías funcionan de forma más efectivo cuando están calientes, pero no demasiado. Precisamente, sustentar las baterías constantemente a la temperatura correcta ha sido un gran desafío para los ingenieros de baterías. En cambio, Wang y su equipo decidieron regular la temperatura desde el interior de la formación.
Los investigadores desarrollaron una nueva estructura que agrega una loncha de níquel ultrafina como cuarto componente encima del ánodo, el electrolito y el cátodo. Esta loncha autorregula la temperatura y la reactividad de la formación.
Nuevas posibilidades
Carga rápida para disfrutar de autonomía
“Nuestra tecnología de carga rápida, basada en la modulación térmica interna, funciona para la mayoría de las baterías de suscripción densidad energética y abrirá una nueva posibilidad de aminorar el tamaño de las baterías de los vehículos eléctricos de 150 a 50 kWh sin que los conductores sientan ansiedad por la autonomía”, asegura el autor.
Tras los resultados, EC Power, uno de los socios del estudio, se ha puesto manos a la obra. La empresa ya está trabajando para confeccionar y comercializar la formación de carga rápida para asegurar “un futuro asequible y sostenible de electrificación de vehículos”, concluye Wang.
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