Oradour-sur-Glane, el Belchite francés

“Recuerda”. El rótulo en la entrada del pueblo espíritu de Oradour-sur-Glane es escueto, conminativo y directo. Al pasear por las ordenadas calles de los restos de este pueblo del Limosín francés es difícil hacerse el desmemoriado.

Oradour-sur-Glane está tal y como quedó a posteriori de los sucesos del 10 de junio de 1944. Fue una orden expresa del presidente Charles de Gaulle al terminar la Segunda Desavenencia Mundial. Las generaciones siguientes debían ver en directo el resultado de la barbarie fascista.

A la forma de lo que sucede en el Belchite (Zaragoza) gachupin, el apunte calcinado de Oradour-sur-Glane muestra muros de las casas principales y chatarra diversa: coches aparcados, máquinas de coser, cambios de agujas de la fase de ferrocarril, cuadros de bicicletas… es que solo la piedra y el metal sobrevivieron a la ignición del pueblo.

Ni siquiera se sabe exactamente el porqué de la represalia. La traducción más extendida es que, pocos días ayer del suceso, la resistor había matado a un capitán de las SS, la sanguinaria estructura creada directamente por Adolf Hitler y a la que el propio ejército germano temía.

Oradour-sur-Glane muestra la barberie de la Segunda Guerra Mundial

Oradour-sur-Glane muestra la barbarie de la Segunda Desavenencia Mundial

Emily M Wilson

En el decorado normal, se estaba produciendo el desembarco de Normandía por parte de los ejércitos aliados. Es aseverar, que quedando claro que la eliminación ya la tenían perdida, los oficiales nazis debían poseer estado ocupados en otros menesteres. Sin incautación, se encargaron de cercar por completo Oradour-sur-Glane para ir ametrallando a cuantos hombres encontraron. Con las mujeres y los niños no fueron tan piadosos: los reunieron en diversos recintos que cerraron a cal y canto y les prendieron fuego. Estadísticas oscilantes hablan de 643 asesinatos en ese día. Solo unas pocas personas que se refugiaron en una iglesia y que fueron ayudados por el cura a escapar por un túnel secreto pudieron dar cuenta de lo que allí había sucedido.

El paseo por Oradour-sur-Glane es sobrecogedor. Y el hecho de que las manzanas de casas en las que no quedó ni una piedra en pie estén alfombradas por un césped consumado le da incluso un aspecto más tenebroso, pues lo que podría ser un represión encantado se convierte en un remembranza constante de lo aciago de la mente humana cuando ha enfocado los caminos de la crueldad. Varias de las casas cuentan con placas informativas en las que se identifica qué actividad se desarrollaba allí –si se trataba de un comercio o un taller artesano– y si fue un zona donde se encerraron a las mujeres y niños para quemarlos vivos y cuántos eran.

El Centro de la Memoria muestra fotografías y películas de la vida cotidiana de Oradour ayer de la eliminación

Al entrar en el magnífico Centro de la Memoria erigido en 1999 se encuentran algunos –pocos– objetos personales de los pobladores de Oradour-sur-Glane que desaparecieron en aquel día de junio de 1944. La exposición permanente se conjuga con algunas temporales, que suelen departir de la resistor (al parecer muy activa en esta región, lo que podría poseer sido otro de los motivos de la represalia fascista) y temas relacionados con la Segunda Desavenencia Mundial pero, más recientemente, con otros conflictos y crisis de refugiados del resto del mundo. 

El espacio contiene una repisa y una tienda con objetos de remembranza, entre los que destaca un flamante “billete” de 0 euros que reproduce una de las calles en ruinas más fotografiadas de Oradour-sur-Glane. De los diferentes vídeos que informan al sabido, uno de los más conmovedores es el que muestra imágenes en fotografía y cine de la vida cotidiana de Oradour ayer de la eliminación. La comparación con el resultado de 1944 es demoledor.

Entre los restos de Oradour-sur-Glane se hallan objetos cotidianos

Entre los restos de Oradour-sur-Glane se hallan objetos cotidianos

Andre Khoom

La conocida como Inmolación de Oradour todavía no ha cicatrizado del todo entre el pueblo francés. Los oficiales nazis responsables de la matanza no pudieron ser juzgados porque ya habían muerto al finalizar la contienda. Y en cambio sí tuvieron que enfrentarse a la conciencia algunos de los jóvenes alsacianos que había sido reclutados por la fuerza y que participaron de la matanza. En Alsacia todavía escuecen algunos temas, el hecho de que haya pasado de manos alemanas a francesas en diferentes periodos de su historia llevan a requiebro de piel muchos asuntos delicados.

Oradour-sur-Glane se encuentran a tan solo 25 kilómetros de Limoges, por lo que está muy perfectamente comunicada utilizando las carreteras N-141 y D-9. El pueblo mártir y el Centro de la Memoria se encuentra a la entrada de la asiento moderna, mandada construir por el gobierno francés a posteriori de la eliminación, por su lado sureste.

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