El segundo cita entre Vladímir Putin y Recep Tayyip Erdogan, ayer en la ciudad baños rusa de Sochi, en el mar Enojado, duró cuatro horas. Los anuncios previos afirmaban la buena sintonía entre los presidentes turco y ruso. Su previo cita data de hace solo 17 días. Fue en Teherán, donde se acordó el tránsito de buques mercantes cargados de cereal desde los puertos ucranianos controlados por el Gobierno de Kyiv. Turquía, que ejercía la mediación entre Rusia y Ucrania adjunto con las Naciones Unidas, presentó como un éxito el acuerdo, que ha permitido que hasta cuatro barcos hayan zarpado hasta el momento.
No era Ucrania, sin retención, el punto central de las conversaciones de ayer. Erdogan quiere ampliar su control sobre el finalidad de Siria y desalojar a las Unidades de Protección Popular del Kurdistán (YPG), que para Turquía no son otra cosa que el apéndice del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en el martirizado país vecino.
Turquía acepta remunerar en rublos una parte del suministro de gas que recibe de Rusia, como demanda Moscú
Erdogan, indica la prensa turca, había señalado con prioridad que la presencia de las YPG en las provincias de Tel
Rifat y Manbij será el objetivo de una potencial ataque, por lo que pidió el apoyo tanto de Rusia como de Irán, aliados los dos del régimen de Damasco. Putin dio su esperado autorización, aunque no trascendieron detalles al respecto más allá de que “coordinarán esfuerzos” en la lucha contra las “organizaciones terroristas”. Erdogan acudió a Sochi acompañado por el patrón de la inteligencia turca, Hakan Fidan.
El viceprimer ministro ruso, Alexánder Novak, desveló otro aspecto importante de las relaciones ruso-turcas. Un acuerdo por el cual Turquía comenzará a remunerar en rublos una parte del gas ruso que recibe. “Parte de los suministros se pagarán en rublos; eso es una nueva etapa que abre nuevas posibilidades”, afirmó Novak. Rusia suministra anualmente 26.000 millones
de metros cúbicos de gas a Turquía.
El presidente ruso comentó que “los socios europeos deben estar agradecidos a Turquía porque garantiza el tránsito fluido de nuestro gas al mercado europeo”. Putin se refería al gaseoducto Turkish Stream, el cual, señaló, “a diferencia de todas las demás rutas de nuestros suministros de hidrocarburos, funciona correctamente, de modo dinámica, sin fallos”. Putin, con esta mención a los problemas con el Nord Stream, concluía que la ruta turca “se ha convertido en una de las principales arterias de depósito de gas ruso a Europa”.
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