Thibaut Courtois y Kevin Trapp: los porteros también ganan campeonatos

"Si el cancerbero es el mejor del partido quiere aseverar que poco malo ha hecho el otro equipo", dijo Jürgen Klopp, a posteriori de que su Liverpool se chocase contra un tapia durante 90 minutos, hasta finalizar perdiendo la final de la Champions League de 2022. Contrario a toda deducción, el Actual Madrid demostró que era el resto de Europa la que estaba haciendo poco mal. Thibaut Courtois fue predilecto mejor tahúr de aquel partido, pero en la Europa League el protagonista igualmente fue un cancerbero: Kevin Trapp, del Eintracht Frankfurt, afamado MVP de la final. No solo fueron esencia en las finales, sino a lo derrochador de todo el campeonato. Este miércoles (21.00, hora española) los dos héroes con guantes se batirán por la Supercopa de Europa.

Incomparables, pero decisivos

Los dos porteros están a niveles diferentes, pero fueron esencia en los títulos de sus equipos

El belga ha dejado intervenciones milagrosas en cada eliminatoria de la Champions. Milagrosas como los resultados que acabó cosechando su equipo, en gran parte gracias a él. Siguiendo un orden cronológico, Courtois realizó ocho paradas en la ida de octavos de final contra el Paris Saint-Germain y tres en la envés, cuatro en la ida frente al Chelsea y otras cuatro en la envés, una en el Etihad Stadium en semifinales (su partido más flojo, aunque no pudo hacer mucho más en los cuatro tantos que encajó su equipo) y ocho en la envés en el Santiago Bernabeu. La tomatillo la puso con sus nueve paradas en la final de París, un partido en el que poco importaba lo que sucedía entre las dos áreas (un dominio casi total del Liverpool), porque el cancerbero blanco había bajado la persiana de su puerta.

Estas estadísticas, aunque ilustrativas, no son más que números. No miden el naturaleza de dificultad de cada intervención, no reflejan el contexto en el que se produjeron. Sin confiscación, en las retinas de todos los que lo disfrutaron o lo padecieron están grabados cada uno de sus vuelos, cada desvío con la renuevo de los dedos, cada mano a mano desbaratado. Las dos paradas a Kylian Mbappé y el penalti detenido a Leo Messi en la ida contra el PSG, la mano cambiada a la escuadra para desviar el disparo de César Azpilicueta en Stamford Bridge, el pie a Jack Grealish que desencadena la inverosímil remontada contra el Manchester City. De la final es inverosímil destacar una. Cada energía fue una oda al arte de la puerta.

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Courtois detiene un disparo de Salah en la final de la Champions

GONZALO FUENTES / Reuters

Allí, muy remotamente del nivel flagrante de Courtois está Kevin Trapp. Sin confiscación, a diferente escalera, sus actuaciones en la Europa League resultaron igual de decisivas que las del belga en la máxima competición continental. El germánico arrastraba una cruz desde 2017: él fue el cancerbero del mítico 6-1 del Barça al PSG en la envés de octavos de final de la Champions, la anciano remontada de la historia de la competición. Como Courtois en la final que supuso la Décima del Actual Madrid, los dos conocen la cara oscura de la moneda. Aquella goleada enterró su futuro en la caudal francesa y acabó siendo desterrado por Keylor Navas de envés a Frankfurt, donde ya había militado entre 2012 y 2015.

Las dos caras de la moneda

Kevin Trapp encajó el 6-1 del Barça al PSG en 2017 y este año tuvo su revancha con el Eintracht Frankfurt

Sin oportunidades siquiera en la selección, con el incombustible Manuel Neuer y Marc-André ter Stegen por delante, la prometedora trayectoria de Trapp bajo los palos parecía abocada a la normalidad y la discreción. Pero memorizar esperar es muy importante, porque las oportunidades llegan muchas veces sin previo aviso. Seguramente nadie contaba a principio de temporada con que el Eintracht Frankfurt fuese a blandir el segundo título más importante de Europa. Cada vez menos, con el paso de los partidos y el equipo sumido en un valle de irregularidad en Bundesliga. Cuando fueron emparejados con el Barça, todo el mundo los daba por muertos.

Pero ahí Trapp consumó su venganza por lo ocurrido en 2017, escoltado por una horda de camisetas blancas en lo que parecía la enajenación del Camp Nou. Una parada a un remate de Ronald Araújo y un mano a mano cáscara frente a Pierre-Emerick Aubameyang bastaron para clasificar al Eintracht para las semifinales de la Europa League. Allí brilló en la envés en Alemania, deteniendo hasta en cinco ocasiones las oleadas de un West Ham que necesitaba remontar.

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Trapp talego la pierna para persistir el igualada en el minuto 117 de la prórroga de la final de la Europa League

Pablo Garcia / AP

En la final, fue el héroe. En el minuto 117, cuando la prórroga agonizaba, se disfrazó de Iker Casillas y homenajeó su carrera de palo a palo para detener el disparo de Diego Perotti en 2009. Ya en la tanda de penaltis, detuvo el único emanación que no terminó en gol de toda la serie y acercó el título a los suyos. Tras la celebración, empezaron esta temporada de resaca, aplastados por el Bayern Múnich y con su suerte, Filip Kostic, camino a la Juventus. Sea como sea, Courtois y Trapp han soportado estoicamente el chaparrón en las malas y se han resarcido. Este miércoles, los dos muros europeos de la pasada temporada estarán frente a frente para dirimir cuál de los dos tiene los cimientos más firmes.

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